Histrión

Pablo Casado, en su afán de parecerse a Vox, cada día va más pasado de revoluciones y se asemeja mucho a Maduro, el presidente venezolano. Se ha subido al insulto y sigue elevando los decibelios. Cuando la derecha no gobierna, alimenta la crispación. Y si habla de aborto, natalidad y pensiones, nos enseña su cara más retrógrada.

Vídeo.- Huffington Post.

Malos ejemplos

Rosana Navarro y Antonio SanzConduciendo desde la Estación de San Roque a Sevilla antes del amanecer dos noticias me han llamado la atención. Dos asuntos diferentes pero con un elemento en común: el mal proceder de un representante público. La primera peripecia la protagoniza la secretaria de Estado de Cooperación Autonómica y Local, Rosana Navarro, que disfrutó del Carnaval de Cádiz el año pasado a costa de los impuestos pagados por los vecinos de la ciudad, según ha informado la Cadena SER. La entonces alcaldesa del PP, Teófila Martínez, invitó a su compañera del Partido Popular a pasar tres días de fiesta y la cuenta la pagaron los gaditanos. Resulta que el actual regidor, José María González ‘Kichi’, se reúne hoy con la representante del Ministerio de Hacienda para renegociar la importante deuda que tiene el consistorio. A ver qué le dice la señora Navarro… Al menos debería devolver de su bolsillo lo que le costó al Ayuntamiento su estancia carnavalesca. Tanto predicar austeridad para los demás no permite la manga ancha para una misma. Le toca ahora dar trigo. Su propio trigo.

La segunda peripecia se localiza en Jaén. Se ha distribuido una grabación de un concejal capitalino del PP, Juan Carlos Ruiz, insultando a un bombero. El edil, responsable de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Transporte, es reincidente: la semana pasada le cayó una multa por insultar a policías nacionales durante la pasada Feria de San Lucas. (Eso sí, la penalización ha sido de sólo 50 euros impuesta por sus colegas del PP de la Subdelegación del Gobierno, por debajo incluso de las recogidas en la ley mordaza aprobada por en solitario por el Gobierno de Rajoy para casos de falta de respeto a las fuerzas de seguridad del Estado). No parece que pueda continuar en un cargo público una persona con tanta incontinencia verbal. Más allá de las disculpas del susodicho, es de esperar que el alcalde de la ciudad, Javier Márquez, lo remueva de sus funciones si es que no deja antes el acta por iniciativa propia. A un cargo público se le exige no sólo capacidad, honestidad y dedicación, también saber comportarse para dignificar a la institución a la que representa. Y este concejal ha hecho gala de una ausencia absoluta de moderación y temple, con unos modos de proceder incompatibles con el puesto que ocupa.

Foto.Europa Sur. Rosana Navarro y el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz.

¡Qué falta de respeto!

Este senador del Partido Popular de cuyo nombre no quiero ni acordarme se ha despachado con desdén sobre las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. No demuestra ningún respeto ni por la memoria de los que sufrieron ni por el dolor de sus familias. Siguen en las cunetas o en fosas sin identificar los restos de más 110.000 represaliados aunque a este pepero le importe un pimiento. Una realidad que ha supuesto incluso la reconvención de Naciones Unidas a nuestro país. Lo malo no es que a él le dé igual esta salida de tono, lo peor es que ante esta inaceptable demostración de desconsideración nadie del PP le ha llamado la atención ni al orden. Parece que para este partido hay víctimas de primera y víctimas de segunda. Esta doble vara de medir molesta y demuestra un numantinismo ideológico que insulta. ¿No hay nadie en la derecha política que le diga a este senador que el camino del desprecio y la ofensa es el equivocado? Parece que en el PP prospera el que falta a las víctimas de la dictadura, si no que se lo pregunten a Rafael Hernando. ¡Qué vergüenza!

Nota.– Este desvarío del representante del PP se produjo en el debate de unas enmiendas del PSOE a los Presupuestos de 2016 para recuperar el apoyo económico a las organizaciones de Memoria Histórica, suspendido desde que llegó Rajoy a la Moncloa.

Insultos en Plaza Podemos

Ya estamos acostumbrados a los insultos contra los andaluces desde las filas de la derecha. Vengan del PP (el último gracioso ha sido Monago) o de CiU (Duran i Lleida nos mira siempre por encima del hombro). A este triste ejercicio se han sumado algunos seguidores de uno de los partidos de nuevo cuño, Podemos, tras los resultados de las elecciones autonómicas del domingo pasado. En Plaza Podemos, el foro de debate de los simpatizantes de esta formación, se han deslizado improperios de todo tipo porque el 22 de marzo los ciudadanos de esta tierra apostaron de nuevo mayoritariamente por el PSOE. En ese espacio digital se nos ha llamado «tontos», «analfabetos», «paniaguados», «traficantes» y unos «cagaos». Lindezas de gente que dicen ser de izquierdas pero que presentan los mismos vicios que la derecha y que desde luego muestran muy poco respeto con la libertad de voto y con el resultado de la democracia en las urnas. La dirección de Podemos no se hace responsable de estos comentarios. No resulta suficiente: no basta con desentenderse, se echa en falta un rechazo más contundente de estas ofensas. No contribuye a la convivencia esta forma de actuar. Se requiere más mesura y tolerancia en este país.

El PP no es una ONG

Cualquiera que lea el escrito de la Agencia Tributaria al juez Ruz, instructor del caso Gürtel y Bárcenas, podría pensar que PP es igual a Partido de los Pobres. Dice este organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, que es de todos y no debería actuar al servicio de unas siglas políticas, que el PP no tenía la obligación de declarar las donaciones ilegales porque actuó como Cáritas o Cruz Roja. Menudo insulto a estas dos ONG, a los decentes inspectores de Hacienda y a la inteligencia de todos los ciudadanos. El departamento se encarga de cobrarnos religiosamente los impuestos a todos actúa como parte y exonera al partido que lidera el presidente del Gobierno de tributar más de 200.000 euros. Queda mes y medio para la presentación de la renta de 2014 y a ver con qué cara hacen la campaña publicitaria para que los españoles cumplamos con nuestro deber. Si el que gobierna busca subterfugios para no declarar, si hace reformas en su sede con dinero negro o pago sobresueldos con fondos de origen sospechoso, según se desprende de la instrucción judicial, si pone de manera obscena el aparato del Estado al servicio de una estrategia de defensa de sus intereses particulares, no parece muy legitimado para exigir a los ciudadanos. La actuación de la Agencia Tributaria produce vergüenza e indignación. El PP no es una ONG y desde luego debería dar algunas explicaciones por su falta de compromiso con la hacienda pública. No puede darse golpes de pecho de patriotismo quien no cumple con sus obligaciones fiscales.

Foto.Rajoy y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Insulta quien puede…

Entrevista Rafael Hernando ABCCuando aún no se han apagado los rescoldos por el insultante vídeo de Monago, otro de los halcones del Partido Popular salta a la palestra para agredir a las gentes de Andalucía. Dice Rafael Hernando, una de las lenguas más rápidas y afiladas del Far West político, que hay que sacar a Andalucía del pelotón de los torpes. Expresión cuando menos desafortunada. ¡Que poco valora el PP el enorme esfuerzo que ha hecho este pueblo para situarse al nivel de otros territorios de España después de décadas y décadas de marginación y abandono! La conquista de la autonomía permitió cambiar el signo de nuestra historia y empezar ganar futuro y cotas de bienestar. Que queda por hacer, por supuesto. ¿O es que en otras zonas de nuestro país no existen problemas? Estamos hartos ya de estos barandas de la derecha que desprecian nuestra tierra. Hace unos días fue Monago, hoy Hernando. Pero es una actitud continua y reiterada en el tiempo. Nos han llamado de todo: vagos, indolentes, apesebrados, voto cautivo, que nuestros niños son analfabetos, que respondemos como las gallinas al ‘pitas, pitas’, que somos como Etiopía… Todo un catálogo de improperios inaceptable. Este es el ‘cariño’ que dispensan los dirigentes del PP a un territorio tan español como Andalucía y con casi nueve millones de habitantes. Y lo peor de todo es que sus cuates de aquí, Arenas antes y hoy Moreno Bonilla, callan y consienten. Luego dicen no entender por qué los andaluces y las andaluzas no los votan. La razón es bien simple: el PP ni cree ni valora ni quiere a esta tierra Y la gente lo sabe.

Una más de tópicos

La derecha siempre mira a Andalucía con ojos llenos de prejuicios. Ya sea el PP o sea la derecha catalana de CiU, su visión de Andalucía es despectiva y tópica. Estamos en pleno proceso electoral y la ansiedad de la derecha por unos más que previsibles resultados adversos se traduce en ataques a esta tierra y sus gentes. Es un clásico. Nunca falta. Cuando la derecha comprueba que una vez más los andaluces le van a dar la espalda en las urnas saca lo peor que lleva dentro: el estereotipo manido, el chiste de mal gusto y la pataleta infantil porque no comprenden ni el pensamiento ni la idiosincrasia de Andalucía. El mitin dominguero del PP fue un aquelarre de las más bajas pasiones convertidas en propaganda electoral del medio pelo: ataques machistas (Susana Díaz es ZP con mechas o las elecciones son un antojo), tópicos (el Gobierno de Andalucía lleva 30 años sesteando) y falta de respeto (Crearemos 575.000 empleos).

Si ya el encierro de Rajoy en un parque temático tuvo su miga, hoy José Antonio Monago ha echado más leña al despropósito y al desafecto de su partido con esta comunidad autónoma. Ha lanzado un vídeo que es un insulto y un catálogo del desprecio con el que el PP mira a los andaluces. Extraña más que desde el Gobierno de una tierra hermana se tenga una visión tan ofensiva hacia los andaluces. Pretende proyectar una imagen casposa, atrasada, insultante e intolerable de esta tierra. Es una simple agresión gratuita sustentada en clichés del pasado y mala baba. Una salida extemporánea del PP que para nada representa a Extremadura, un territorio al que nos une a las andaluces la buena vecindad, la cultura y la forma de entender la vida. En cualquier caso, no ofende el que quiere, sino quien puede. Y Monago querrá pero no puede. (Con lo fácil que es ahora, una hora menos en Canarias, criticar al presidente extremeño).

Tarados e inmaduros

Suma y sigue. El Partido Popular vuelve a las andadas. No sólo hacen una política de destrucción en Andalucía, sino que faltan sistemáticamente el respeto a los ciudadanos de esta tierra. Son muchos los dirigentes nacionales de este partido que recurren al insulto para intentar justificar sus derrotas electorales en Andalucía. Nos han llamado indolentes, subsidiados, analfabetos, que respondemos al ‘pitas, pitas’.

En esta ocasión la agresión no viene de fuera, sino de un dirigente de aquí. El diputado autonómico y el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, verbalizó en una entrevista en 8TV la visión peyorativa que tiene el PP de los millones de andaluces que no los votan. Nos llamó tarados e inmaduros por ejercer nuestra libertad democrática en cada elección.

Ése no es el camino. Si no han gobernado en esta tierra en 32 años es porque no se han ganado la confianza de los ciudadanos. Que no echen la culpa a los andaluces de sus errores. El PP no representa una alternativa para la inmensa mayoría de los andaluces. Ese es su gran problema. Para ganar algún día, además, tienen que empezar a saber perder y aceptar la voluntad mayoritaria del pueblo andaluz.

Ensuciando la campaña

Los dirigentes nacionales del Partido Popular se despachan a gusto contra Andalucía. No es nuevo. Es una dinámica insultante que se acentúa en los periodos electorales. El turno le ha tocado hoy al reincidente Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid. El sustituto de Esperanza Aguirre asegura: «No queremos una Europa que se parezca a Andalucía«. Ataque directo y sin matices. Bien podría haber criticado al Gobierno de esta comunidad, pero a la derecha siempre se la va la mano con una tierra que ni quiere ni comprende. El pepero madrileño despotrica a lo grande y mira por dónde se ha comprado un ático exclusivo en una zona de lujo de la Costa del Sol. (Por cierto, una operación bajo investigación judicial que mantiene de momento imputada a su esposa). Algo tendrá esta tierra cuando la elige para sus estancias vacacionales. No será tan mala. Por supuesto, el PP andaluz calla y otorga, como siempre mantiene un silencio bochornoso.

Esta salida de tono no es casual ni fruto de un calentón. Es una parte sustantiva del juego sucio con que el PP afronta estas elecciones europeas. Saben en la sede nacional de la madrileña calle Génova que el resultado en los comicios del 25 de mayo no les será favorable en esta comunidad. Y por eso recurren a las malas artes y a los golpes bajos. Andalucía es una china en el zapato para el PP porque todos los días está demostrando que es posible hacer otra política, que se piensa y se trabaja para las personas, y esa realidad deja en evidencia la gestión de la derecha, que ha ensanchado como nunca la brecha de la desigualdad y que ha empobrecido a las clases medias y trabajadoras. Andalucía es ese testigo incómodo, ese aldabonazo que molesta al PP y que deja claro que existe un camino más justo para salir de la crisis.

El PP no quiere una Europa como Andalucía porque:

  • Aquí existe una sanidad pública, universal y de calidad y la derecha donde gobierna la privatiza y les arrebata derechos a los ciudadanos.
  • Aquí apostamos por las becas y contamos con las tasas universitarias más bajas mientras que ellos están rompiendo la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación con recortes, más obstáculos y la escandalosa LOMCE.
  • Aquí hacemos leyes para frenar el drama social de los desahucios y ellos recurren estas normas dejando a muchas familias en riesgo de perder su techo mientras ‘regalan’ 40.000 millones a los bancos.
  • Aquí atendemos a las personas en situación de dependencia mientras que ellos nos recortan 314 millones desde que llegaron al Gobierno y no cumple con su obligación legal de cubrir el 50% de la prestación.
  • Y los ejemplos serían infinitos…

La inmensa mayoría de los ciudadanos quiere una Europa que como Andalucía defienda el estado del bienestar y los servicios públicos; una Europa que haga políticas que favorezcan la cohesión social y que estimule el crecimiento económico y el empleo, especialmente para los jóvenes; una Europa que blinde la igualdad de oportunidades para construir una sociedad más justa y más eficiente; una Europa solidaria y que su principal objetivo sean las personas. En definitiva, una Europa que mire a Andalucía para hacer una política distinta a la desarrollada durante los últimos años.

Foto.– González y su esposa, Lourdes Cavero.

Matones en Twitter

Twitter aspira a ser un espacio de libertad y de comunicación sin jerarquías. Sin embargo, troles de pacotilla, camorristas anónimos, matones de media neurona convierten esta red social en un territorio de insultos, amenazas y de mal gusto, en un espacio desagradable y sectario donde no se soportan opiniones ajenas y se pretende imponer a las bravas la visión propia. Más de una vez he aguantado en mi timeline el desembarco de bárbaros de pensamiento único y reduccionista, gente que atacan con tono burdo y virulento al que emite un parecer antagónico.

Al margen de las experiencias propias, me ha producido mucha rabia el acoso que está sufriendo Pilar Manjón, presidenta de la Asociación de Víctimas del 11-M, que la ha llevado a denunciar mensajes como éste: «Eres una puta zorra oportunista que brinda con quienes desmembraron a tu hijo”. En Andalucía, un juez ha abierto sólo un juicio de faltas por insultos difundidos en redes sociales contra la ex consejera de Hacienda Carmen Martínez Aguayo por un concurso de traslado de funcionarios. A esta integrante del Ejecutivo andaluz  la llamaron «cancerígena», «hija de la gran puta» e «hija de meretriz» e inicialmente el magistrado archivó una causa por injurias y calumnias. Tanta coacción, tanta intimidación o tanta ofensa merecerían quizá un mayor castigo que una simple falta.

Dos ejemplos que, sin duda, definen bien la contaminación que sufre Twitter y que, por momentos, hace irrespirable este entorno para la conversación, la comunicación y el intercambio civilizado de opiniones. Mucha gente ha cerrado sus cuentas para evitar agresiones dialécticas personales y/0 a su entorno familiar. Lástima que unos cuantos desaprensivos e inmorales rompan la armonía que debe reinar en esta red social. Menos mal que es un grupúsculo muy minoritario, la inmensa mayoría optamos por la libertad y el respeto frente a los que cobardemente y con la cara tapada pretenden imponer el miedo.