Después de la convocatoria electoral irresponsable en Castilla y León, todo es posible en Andalucía. Está claro que el Partido Popular se mueve por los intereses espurios de Pablo Casado y no por los intereses de la ciudadanía. Con este antecedente, el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, convocará cuando se lo mande Casado. Es un presidente sin autonomía que responde solo a las consignas que recibe de la sede nacional del PP.
Razones no tiene: según su propio argumentario sólo adelantaría se hubiera bloqueo de su demencial agenda legislativa y, de momento, Vox le siga dando su apoyo en el Parlamento. Ayer mismo la derecha y la extrema derecha sacaron adelante un proyecto que supone una reforma legislativa de hasta 80 leyes y que nos retrotrae al siglo XX, entre otras cuestiones, en la defensa de nuestro patrimonio natural y en la lucha contra los incendios forestales. Es también tremendamente perjudicial para la sanidad pública y el comercio tradicional.
En cualquier caso, cuesta fiarse de la palabra del PP y de Moreno Bonilla. El presidente de Castilla y León, Fernández Mañueco, también decía que no iba a adelantar las elecciones en su CCAA y lo ha hecho con nocturnidad y a espaldas de su socio de gobierno. ¿Por qué no va a hacer lo mismo en Andalucía el actual inquilino de San Telmo siguiendo la estrategia electoral de Casado?
Ciudadanos debería cuidarse de ir ingenuamente de la mano de un partido tan desleal y traicionero como el PP. Cualquier día los dejan en la estacada como han hecho en Castilla y León. Cuando vea las barbas de tu vecino (Igea) pelar, pon las tuyas a remojar… La única diferencia en Andalucía es que Juan Marín, su devaluado líder regional, tiene un pacto secreto con el PP y se ha garantizado su futuro personal, viendo que el proceso de descomposición de Ciudadanos los va a situar como fuerza extraparlamentaria y al borde de la desaparición.
Foto.– El Plural. Moreno Bonilla y Juan Marín.