
El director general de RTVA, Pablo Carrasco, ha ofrecido en el Parlamento de Andalucía datos sobre la cobertura dispensada por Canal Sur TV a las presuntas irregularidades en la tramitación de algunos expedientes de regulación de empleo en Andalucía. Desde que afloró el caso a la luz pública hace ya 44 días, salvo en seis, la televisión pública ha informado a diario sobre este asunto de actualidad. En concreto:
- El Noticias 1 lo incluyó en 38 ediciones y el Noticias 2, en 30.
- El tiempo aproximado y acumulado empleado en informaciones en esos dos informativos asciende a 2 horas y 11 minutos.
- Se han emitido 61 piezas informativas y en 32 ocasiones se ha recurrido a las colas, totales sueltos o a las colas más totales.
- Se ha abordado este caso también en el noticiario Buenos Días, la tertulia política Meridiano y en el programa Parlamento.
- Javier Arenas es el dirigente que más ha aparecido en la pantalla, con 30 declaraciones, frente a sólo 17 del presidente Griñán.
Y con estos datos, cerrados a fecha 17 de marzo, el Partido Popular se permite el lujo de hablar de oscurantismo de la cadena o llamar al director general comisario político. Si repasamos lo que hacen otras televisiones públicas, ya sean autonómicas o municipales, dependientes de instituciones gobernadas por los populares en este tipo de situaciones, constataríamos palmariamente su doble moral. O sería mejor decir, sin rodeos, su inmoralidad. Unos ejemplos:
¿Qué opina el PP de que el mayor escándalo de la democracia, que es el caso Gürtel, con un presidente como Camps que se va a sentar en el banquillo, no haya merecido ni una sola información en Canal 9? ¿O en Telemadrid?
¿Qué opinaría el PP, hasta donde elevaría su justiciero grito, si un equipo de Canal Sur se desplazara a Valencia, Madrid o Castilla-León para cubrir el caso Gürtel como ha hecho Telemadrid destacando un equipo en Andalucía para los ERE?
¿Qué opina el PP de que Onda Azul, TV municipal de Málaga, no haya informado nada del caso del concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital por sus trapicheos en la licitación de una piscina o por haber pagado cinco veces menos por la licencia de obras de su vivienda?
¿Qué opina el PP sobre que TG7, televisión municipal de Granada, no se haya hecho eco en ningún momento del pucherazo electoral en Lanjarón protagonizado, entre otros, por una diputada popular en la Cámara autonómica?
¿Qué opina de que Onda Cádiz, tan solícita para dar cualquier asunto con objeto de atacar a los demás, no haya informado sobre que otra diputada y ex alcaldesa de Jerez esté siendo investigada por la Fiscalía Anticorrupción por el caso Gürtel? ¿Qué ha difundido sobre el caso Matas/caso Palma Arena? Si se tratara de Matsa, trocando sólo dos letras cambian las tornas, habría emitido monográficos plagados de insidias.
Son sólo unas muestras de su doble moral. O mejor, de su inmoralidad. Son implacables con los adversarios y condescendientes con los propios, permisivos hasta enterrar la ética y la decencia. ¿Qué se esconde detrás de la crítica a Canal Sur TV? Además de hipocresía y cinismo, una estrategia de presión, de coacción a los profesionales de la RTVA para condicionar las escaletas de los informativos. Confío en que los periodistas, por su profesionalidad contrastada, no se rendirán ante las furibundas e injustas embestidas del PP.
No es nuevo que la derecha no deje trabajar a los periodistas de Canal Sur, que han dado sobradas muestras de independencia y buen hacer, ni respete el papel que tienen los medios, especialmente los públicos, en una sociedad democrática. Su modelo periodístico es el de la ley Fraga, el del control de lo que tiene que salir en los informativos de radio y televisión y en los periódicos.
Foto: El País. Javier Arenas y Francisco Camps.