Querer es poder

La fuerza de voluntad de este niño conmueve, te pone la piel de gallina. Bailey Matthews, chico británico de 8 años con parálisis cerebral, termina un triatlón. Nadó 100 metros, hizo cuatro kilómetros en bicicleta y terminó con una carrera de 1.300 metros sin ayuda, sólo con el seguimiento de su padre a unos metros de distancia. La prueba es de julio pasado pero he tenido conocimiento de esta gesta hace apenas unos días a través de un grupo de WhatsApp de corredores. Este ejemplo de superación nos demuestra que querer es poder, que demasiadas veces nos quejamos por rutina y que no afrontamos retos por falta de arrojo o por comodidad. Para cualquiera que haga deporte el tesón y la valentía de Bailey debería ser una fuente de inspiración, un espejo en el que mirarse, una referencia para asimilar que nada es imposible si ponemos todo nuestro empeño en conseguirlo. ¡Chapó, Bailey, qué gran leccción para todos!

El reto que me falta

Miguel Ángel Vázquez en la carrera de Estepona 2016

Siempre se ha dicho que en la vida hay hacer tres cosas: tener un hijo (o hija), plantar un árbol y escribir un libro. Estos tres retos ya los he superado. Tengo dos hijos, he plantado un par de árboles y he publicado un libro, Noticias a la carta, fruto de mi tesis doctoral. A este trío de aspiraciones vitales he sumado una más: hacer un maratón. Llevo media vida corriendo, desde principio de los noventa del siglo pasado, acumulo kilómetros en las piernas como para haber hecho una vuelta a España, más de veinte mediomaratones (21,097 kilómetros), decenas de carreras populares, entrenamientos largos, pero nunca me he atrevido con esta distancia mítica. Los 42,195 kilómetros siempre los he mirado con mucho respeto, casi con miedo escénico. Quizá porque se me empieza a echar el tiempo encima (la edad no perdona), porque esta temporada me encuentro con más fuerzas y más en forma o por quitarme esa espinita clavada, o por todo a la vez, hace unos días me inscribí en el maratón de Sevilla para 2017. Ya no hay marcha atrás. Si las lesiones (y las obligaciones) no me lo impiden, el 19 de febrero me enfrentaré a este reto que me ilusiona mucho. Mucha gente pensará que es un desvarío, y más afrontarlo con cierta edad… Y es que no saben ponerse en el pellejo de esos locos que corremos.

Al modo broker

Confirmada la repetición electoral, los primeros mensajes de los principales dirigentes de Podemos e Izquierda Unida en la senda de confluencia han sonado a tomadura de pelo. Su apuesta ante los comicios del 26 de junio no es otra que superar al PSOE, el viejuno sorpasso con el que soñaba Julio Anguita. Sus proclamas suenan a competición, a calculadora electoral, como si se tratara de brokers de las emociones políticas, de tiburones de expectativas frustradas, de políticos que miran su ombligo, su beneficio particular, y que olvidan de la urgencia de cambiar el rumbo de un país después de siete años de sufrimiento por la crisis. Sólo piensa en ganar al PSOE, en deshacer el empate, en conquistar la hegemonía de la izquierda, en mejorar su balance de resultados. Todo muy estadístico y corporativo, pero nada emocional y empático. En estos primeros compases del nuevo zafarrancho electoral me ha faltado en estos discursos encendidos escuchar hablar de la gente y de sus problemas. En la formación morada han subido los decibelios para que no se hable de su renuncia al cambio, al relevo de Mariano Rajoy y las políticas crueles del PP. Igual que en estos cuatro meses fallidos, para Pablo Iglesias y su troupe lo importante es el poder y los sillones, y las personas quedan relegadas a un segundo plano. No es de extrañar la legión de votantes desencantados con esta izquierda de marketing y soflamas de laboratorio. Iglesias se deja llevar por las vísceras, por sus obsesiones del pasado, y se ha convertido en esa izquierda que le gusta a la derecha, como ocurrió hace dos décadas con Anguita. Más de lo mismo. La historia se repite.

Foto.Público. Iglesias y Anguita.

Ya tenemos elecciones

Poco más que añadir. Cinco viñetas que resumen lo acontecido en las últimas horas y con el resultado previsto: la repetición de elecciones. Por este orden, Miki&Duarte y Esteban (Grupo Joly), Gallego&Rey y Ricardo (El Mundo) y Forges (El País).

8.108 plazas

La Junta de Andalucía convocará este año 8.108 plazas de empleo público entre la administración general, el Servicio Andalucía de Salud y en la educación pública. Sin duda, será la mayor oferta pública de toda España:

  • Una única convocatoria para la administración general con 2.730 plazas que agrupa las ofertas de 2015 y 2016 y los puestos de personal laboral bloqueados por la legislación estatal sobre estabilidad presupuestaria.
  • Oferta de empleo con 3.391 plazas en el SAS.
  • Y 1.987 plazas en el ámbito educativo.

Se cumple al máximo la tasa de reposición de efectivos establecida en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2016. Al 100% en los cuerpos y especialidades considerados esenciales para el funcionamiento de los servicios públicos, mientras que para el resto de los sectores sólo se permite la cobertura del 50% de las vacantes, es decir, una cada dos. El Gobierno de Susana Díaz demuestra su compromiso con el empleo y con los servicios públicos, que constituyen una garantía de igualdad de oportunidades y progreso social.

Para más información, pincha aquí.

Foto.– Susana Díaz, con representantes de la función pública en Andalucía.

Culpas

He recordado una vieja canción de Albert Hammond, Échame a mí la culpa, observando el ambiente preelectoral de este fin de semana. Ya estamos en campaña a tenor del cruce de reproches y lamentos de los distintos partidos por la irremisible repetición de las elecciones. Un juego de críticas a varias bandas responsabilizando a los demás de la nueva cita con las urnas el próximo 26 de junio. No todos son iguales, algunos tienen más que callar que otros. Hay candidatos que lo han intentado, con mayor o menor fortuna, y otros que se han tumbado a la bartola a verlas venir. Por eso, escuchar a Mariano Rajoy censurar a otras fuerzas políticas por esta experiencia fallida constituye toda una paradoja. El presidente en funciones ha seguido su habitual guión de dejar que el tiempo pase y no mover un dedo ni asumir ningún riesgo. Cierto que nadie ha querido pactar con él, por algo será, pero tampoco ha realizado el más mínimo esfuerzo por cambiar esa realidad. Ni siquiera aceptó el encargo del Rey para someterse a la investidura. Ahora dice que tiene ganas… Se nota que los comicios están ahí y era el escenario para el que únicamente han trabajado tanto en Moncloa como en la madrileña calle Génova. No se nos puede olvidar que Rajoy representa la cara cruel de los recortes y de una política que ha causado mucho sufrimiento a los ciudadanos. Todo ello convenientemente aderezado por casos de corrupción que sitian al Partido Popular. Con estas credenciales, quién se va a querer arrimar. Por eso, el presidente en funciones debería entonar el ‘échame a mí la culpa’ del artista gibraltareño y dejar de señalar a los demás.

Viñeta.- Ricardo en El Mundo.

Se piange, se ridi

SE PIANGE, SE RIDI
Ángeles Mora

Te diré que no supe si reír o llorar
después de todo
pero estaba feliz,
demasiado feliz, sospecho ahora.
Recuerdo que me hablaste
de que empezaba a amanecer,
el cielo parecía algodón sucio.
Lo más inolvidable será siempre
el aire fresco y dulce que crecía,
igual que una caricia, entre dos luces.
Yo estaba sola
y tú quisiste ser mi amigo:
que esto no rompa la amistad, dijimos.

Pero fue hermoso más que un sueño,
mucho más inquietante que un puente entre la bruma
y aquel coche sin duda más maravilloso
que un bosque de la Alhambra
y tu corazón más hondo y más extenso
que el manto de la aurora
cuando llorando me asomé al balcón
de tus ojos.

Por eso ahora escuece la distancia
como ella sola y el deseo -cruel-
asoma cada minuto
-con el peligro que eso entraña
para una sencilla amistad-
ahora no puedo menos que aceptar
lo que fue un verdadero error de cálculo:
esta suave tristeza insoportable
con la que no contábamos.

Ángeles Mora, ganadora de la LXI edición del Premio de la Crítica de poesía en castellano (2016).

Día del Libro

Hoy se celebra el Día del Libro. En Cataluña, San Jordi, día festivo, es tradición entregar una rosa junto con el volumen que compras. Pues cada 23 de abril conmemoramos la efeméride de la muerte de dos de los más grandes autores internacionales: Cervantes y Shakespeare. Siempre había creído que era así. Pero ayer me encontré un post de Adrián Yánez, redactado en 2014, que nos aclara este error histórico. Ni Cervantes murió un 23 de abril, sino un día antes, ni tampoco el escritor británico de acuerdo con el calendario gregoriano. En Inglaterra, apartada de la órbita vaticana, regía aún el calendario juliano, que tenía un desfase de diez días con el vigente en el mundo católico y Shakespeare murió entonces un 3 de mayo. Dicho esto, feliz Día del Libro.

A pelotazos

En el descuento, como ocurre en el fútbol, se recurre al pelotazo. Cuando el tiempo aprieta se abandona la filigrana y el toque y se opta por el juego directo. Eso es lo que hizo ayer Albert Rivera al proponer a un independiente como presidente del Gobierno ante la falta de acuerdo entre los partidos y la inexorable repetición de elecciones. De ocurrencia en ocurrencia. La idea no es nueva. En diciembre ya la lanzó Podemos por boca de Íñigo Errejón, suscrita por Pablo Iglesias y reiterada después en marzo. Curiosa la coincidencia de los otrora emergentes. Tienen más puntos en común de lo que parece, aunque se nieguen a compartir el cambio reivindicado por la ciudadanía por prejuicios ideológicos y sus líderes se hayan dedicado en los últimos tiempos a echarse a la cara reproches al estilo Pimpinela.

Yendo al fondo de la cuestión, supone un desprecio a los ciudadanos colocar en la Moncloa a una persona que no haya sido elegida por éstos con sus votos. Llama la atención que aquellos (más a la derecha o más a la izquierda) que irrumpieron en la escena pública porque, a su juicio, los partidos clásicos no representaban adecuadamente los intereses de la gente sean los que se hayan apuntado a este disparate democrático. Pues mira por donde que primero los morados y luego los naranjas han propuesto una fórmula que se salta a la gente a piola apostando por una designación digital en las altas esferas políticas. El ejemplo de Italia con el tecnócrata Mario Monti, además de una burla al pueblo, fue un fiasco. ¿No tenemos todos muy claro que los que tienen que tomar decisiones públicas deben contar con el refrendo y el control de los ciudadanos? Algunos parece que sólo según les convenga.

Foto.- 20minutos.

Alianza a la fuerza

Podemos acepta ahora una alianza con Izquierda Unida para afrontar la inevitable repetición de las elecciones. El desdén y la arrogancia con la que Pablo Iglesias despachó a la coalición para los comicios del 20 de diciembre se han esfumado. Así, casi por ensalmo. ¡Cómo tienen que ser de pesimistas las encuestas propias que maneja la formación morada! El jefe de Podemos ha tratado hasta la fecha con la punta del pie a la vieja organización en la que él echó los dientes en política. En cambio, el cartel electoral y líder in péctore de IU, Alberto Garzón, se dejó los nudillos de tanto llamar a las puertas de la fuerza emergente hace unos meses. Lo dejaban pasar a él pero no querían saber nada de la vieja y pesada mochila que representaba Izquierda Unida. Sin embargo, en política lo que anteayer era imposible hoy puede ser una realidad irrebatible.

A esta nueva cita con las urnas, ni Iglesias ni Podemos acuden ya virginales. Ya hemos visto que sus prioridades han estado centrada más en los sillones, en el derecho a decidir y el referéndum sobre la independencia de Cataluña, en que las distintas confluencias territoriales contaran con grupo propio en el Congreso de los Diputados para obtener mayor financiación para sus actividades y en unos cuantos golpes de efectos de su laboratorio de mercadotecnia. En estos cuatro meses ni han pensado en las personas, ni han antepuesto los problemas de la gente, ni han tenido vocación real de favorecer el cambio que necesitaba este país y que suponía desalojar al PP y sus políticas de la Moncloa.

Y a Pablo Iglesias también se le conoce un poco más. Un animal político, sin duda, pero sus defectos han aflorado y están a la vista de todos. Han quedado patentes las ansias de poder del autoproclamado vicepresidente, su deseo de controlar el aparato del Estado antes que las políticas que dan bienestar a la gente, la altanería con la que se jactaba de que podía graciosamente poner un presidente socialista (su apelación a la «sonrisa del destino» lo retrató), su carácter bipolar al estilo Dr. Jekyll y Mr. Hyde, lo mismo un día grita y ofende que al siguiente ofrece la imagen de un tierno corderito, su dependencia de las confluencias que defienden la ruptura de territorios (Cataluña, Euskadi o Galicia) con España o su cesarismo en la gestión de Podemos hasta el punto de generar una crisis interna y romper con su mano derecha, Íñigo Errejón, por imponer su criterio infalible… Suma y sigue.

Todo esto ha pasado en los cuatro meses transcurridos desde que los españoles votamos por el cambio. A día de hoy todos los sondeos, sin excepción, dan que Podemos empeora sus resultados y en esa clave hay que entender el abrazo (ya veremos si de oso) que la formación morada le quiere dar a IU. Y es que en política tampoco dos más dos son cuatro.