Encuentro

Me sedujiste, Amor, y me he dejado
seducir, me forzaste y me pudiste,
allanaste mi alcoba y le prendiste
fuego a mi alto cuerpo amurallado;
violaste con tus labios mi costado,
a tu placer rendida me tuviste,
mi goce a sequedad lo redujiste
y a polvo mis encantos y mi agrado;
tendida, cual la tierra contra el día,
tus oscuras caricias me domaron
hasta volverme yermo y luz baldía;
y ahí donde tus labios se gozaron 
y sólo queda un hueco, un claro abismo, 
de tan simple y desnuda soy Tú mismo.

Javier Sicilia

Poema XXIX

Estoy hablando contigo
entre los árboles.
Tu voz es el recuerdo.
¿Sabré volver? La lluvia
que me descubres dice
mi nombre. Señalas
y nombras todas las cosas.

Sabré vivir mejor, con este cuerpo
nuevo que se me ha dado.
Conoceré de nuevo
(de nuevo me explicarás)
los amplios misterios
y reirás conmigo:
pero ahora yo sólo conozco
el olor del viento en este bosque.

Juan Gallego Benot

Poema de su obra ‘Oración en el huerto’.