El amigo de Arenas

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Mariano Rajoy, con buen criterio, ha descabalgado de la lista del PP a las elecciones europeas a Gerardo Galeote, uno de los implicados en la trama de corrupción destapada por el juez Baltasar Garzón. Esta profilaxis impregnada de visión ética ha venido precedida de una importante discusión en la sede de la madrileña calle Génova entre la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el responsable de Política Territorial, Javier Arenas.

En los mentideros de la villa y corte lleva varios meses circulando el pulso soterrado entre Cospedal y Arenas por el control de la organización ante la pasividad de Rajoy. Con la salida de Galeote ha aflorado de manera elocuente. La número dos defendía la necesidad de sacar al todavía eurodiputado de la candidatura para colocar un cortafuego entre la investigación judicial y el principal partido de la oposición. En cambio, el dirigente andaluz se oponía a la asunción de medidas preventivas. Y adoptaba esta pose posiblemente por un compendio de argumentos de interés particular: este tipo de resoluciones lo dejan en evidencia por su posición contemplativa ante casos sangrantes en Andalucía como Alhaurín o La Línea y, sobre todo, porque Gerardo Galeote es amigo personal, compañero de partidos de pádel y cuate de otras correrías. Luego, Arenas les exige a los demás lo que no se aplica a sí mismo ni a los suyos. Ya sabemos cómo se las gasta este funámbulo de la política.

El debate sigue abierto en los cuarteles generales del PP. El centro de atención ahora es su tesorero y senador, Luis Bárcenas, también salpicado (y de forma abundante) por el caso Gurtel. ¿Harán extensiva la misma receta de Galeote? ¿Quién se llevará el gato al agua: Arenas o Cospedal?

Foto: Efe. María Dolores de Cospedal y Javier Arenas.

Idilio

IDILIO
Federico García Lorca

Tú querías que yo te dijera
el secreto de la primavera.

Y yo soy para el secreto
lo mismo que es el abeto.

Árbol cuyos mil deditos
señalan mil caminitos.

Nunca te diré, amor mío,
por qué corre lento el río.

Pero pondré en mi voz estancada
el cielo ceniza de tu mirada.

¡Dame vueltas, morenita!
Ten cuidado con mis hojitas.

Dame más vueltas alrededor,
jugando a la noria del amor.

¡Ay! No puedo decirte, aunque quisiera,
el secreto de la primavera.

El poder de la imagen

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Ha jugado tanto el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, con su imagen que resulta que ahora es víctima de los efectos secundarios de su estrategia de promoción. Ha llegado el mandatario galo a España en visita institucional y, más que el contenido de la ronda, ha trascendido la presencia de su esposa, la cantante Carla Bruni, en la delegación del país vecino. La primera dama le ha robado la cartera a su marido en casi todas las primeras páginas de la prensa española seria, en los formatos rosas era de esperar. Bruni ha eclipsado a su cónyuge en la primera jornada. Y no sólo eso: ha encontrado un hueco importante en la actualidad pese a la pandemia de gripe porcina y las consencuencias de la crisis económica internacional. ¡Eso sí que es poderío!

Foto: AFP. Carla Bruni, con la princesa Letizia.

Canción de amor

CANCIÓN DE AMOR
Rafael Alberti

Amor, deja que me vaya,
déjame morir, amor.
Tú eres el mar y la playa.
Amor.
Amor, déjame la vida,
no dejes que muera, amor.
Tú eres mi luz escondida.
Amor.
Amor, déjame quererte.
Abre las fuentes, amor.
Mis labios quieren beberte.
Amor.
Amor, está anocheciendo.
Duermen las flores, amor,
y tú estás amaneciendo.
Amor.

Verónica Pérez

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Le dedica El País una página a mi compañera y, sobre todo, amiga Verónica Pérez dentro de su serie ‘Políticos con futuro’. Verónica es diputada en el Parlamento de Andalucía desde 2004 y miembro de la dirección regional del PSOE de Andalucía desde el mismo año (ahora se encarga del área de Igualdad y en el anterior mandato de Medio Ambiente). El reportaje de Joseba Elola refleja bastante bien el perfil político de esta joven y experimentada, pese a sus envidiables 30 años, socialista sevillana. Tiene una gran capacidad oratoria y se desenvuelve con soltura y naturalidad ante el auditorio o los micrófonos. Sabe marcar el tiempo del discurso y usar su aguijón dialéctico cuando la ocasión así lo requiere. Tiene una gran puesta en escena y una sonrisa que le confiere atractivo (siempre sale genial en las fotos) y que transmite confianza. No todo es estético: derrocha pasión y fondo político. Tiene mimbres de dirigente con proyección. Dice el número dos del partido, Luis Pizarro, en la citada información que está en el grupo de jóvenes llamados a dirigir el PSOE de Andalucía. No le falta razón.

Amante

AMANTE
Vicente Aleixandre

Lo que yo no quiero
es darte palabras de ensueño,
ni propagar imagen con mis labios
en tu frente, ni con mi beso.
La punta de tu dedo,
con tu uña rosa, para mi gesto
tomo, y, en el aire hecho,
te la devuelvo.
De tu almohada, la gracia y el hueco.
Y el calor de tus ojos, ajenos.
Y la luz de tus pechos
secretos.
Como la luna en primavera,
una ventana
nos da amarilla lumbre. Y un estrecho
latir
parece que refluye a ti de mí.
No es eso. No será. Tu sentido verdadero
me lo ha dado ya el resto,
el bonito secreto,
el graciosillo hoyuelo,
la linda comisura
y el mañanero
desperezo.

¿Dignidad impostada?

Rosa Aguilar y José Antonio Griñán

Tendrán parte de razón esos miembros de Izquierda Unida que se sienten molestos, decepcionados o incluso traicionados con la salida de Rosa Aguilar del Ayuntamiento de Córdoba para ingresar en el Gobierno de Andalucía de la mano del flamante presidente, José Antonio Griñán. Aguilar es quizá la única referente solvente y destacada que le quedaba a una organización política que se está desangrando por su cainismo, sus trifulcas internas y su incapacidad de adaptación a los nuevos tiempos. Si la imagen por la que apuesta IU es la que aporta el inefable Juan Manuel Sánchez Gordillo, es lógica la distancia entre estas siglas y el electorado. Insisto que es normal que alguien se sienta dolido por este fichaje estrella para un gobierno socialista, pero han olvidado demasiado pronto que durante años los más ortodoxos del Partido Comunista le han estado poniendo zancadillas a Rosa Aguilar, haciéndole la vida imposible, cuestionando la valía y su capacidad, poniendo en solfa su vínculo ideológico hacia esta formación, calificándola de hereje, heterodoxa o aburguesada. Habrá algunos que sí sientan realmente como un golpe profundo el abandono de Aguilar de ese barco sin rumbo, otros estaban esperando que llegara ese momento y han trabajado todos los días para colocarla en el precipicio, para situarla en la puerta de salida, para darle boleto. Suena ahora a cierta impostura tantos golpes de pecho, tanta manifestación de dignidad mancillada. Si tanto se quería a la ya ex alcaldesa de Córdoba, ¿por qué le han pagado con mucho tormento y pocos cariñitos?

Foto: El País.

Golpes de efecto

El debate de investidura de José Antonio (Pepe) Griñán deja claro que Andalucía cuenta con un nuevo presidente con fuste, compromiso, capacidad y fuerza dialéctica. El primer combate entre Griñán y el líder de la oposición, Javier Arenas, ha acabado con un triunfo para el socialista por un K.O. incontestable. Arenas saltó a la arena parlamentaria  descolocado, con el discurso de otro tiempo político (sus asesores le dieron los papeles del pasado) y golpeando desquiciadamente a la sombra de Manuel Chaves. Hasta en tres ocasiones confundió el nombre de actual presidente con el del anterior.

La figura de Chaves es grande, con 19 años de gestión extraordinaria por y para Andalucía, la historia ya le rendirá un merecido homenaje, pero el jefe de filas del PP no consigue zafarse de sus viejos fantasmas ni su confusos instintos. Subió grogui al atril y finalizó noqueado en su escaño de opositor triplemente derrotado. El primer duelo dejó la sensación de un Griñán con juego como el del Barça de Guardiola y  enfrente un Arenas como un equipo mediocre de la mitad de la tabla, sin chispa y desganado. Ni siquiera la bancada popular se entregó con pasió con referente jerárquico.

Por la tarde carrusel de nombres para constituir el nuevo gobierno de la Junta. Ya conocida la continuidad de muchos, la principal novedad es el fichaje de la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, de Izquierda Unida, para el departamento de Obras Públicas. ¡Menudo golpe de efecto! Una incorporación que amplifica el espectro político del equipo diseñado por Griñán. Ya habrá tiempo de profundizar en el nuevo ejecutivo. Me voy a quedar con dos componentes: el regreso de Mar Moreno en este caso a Educación, la Consejería estrella de acuerdo con los planes del nuevo presidente, y el ingreso merecido de Luis Pizarro, uno de los pilares del socialismo andaluz y mi padre en el sentido político y personal, en Gobernación.

Foto: El País.

Objetivos ambiciosos

El discurso de investidura de José Antonio Griñán a presidente de la Junta ha generado entusiasmo. Griñán articuló a la perfección su carta de presentación con una intervención con propósitos ambiciosos y un profundo calado ideológico sin renunciar a la herencia de 27 años de transformación radical vividos por esta tierra. Enarboló la bandera de la socialdemocracia frente al liberalismo salvaje o al inmovilismo de la izquierda trasnochada. Presentó una hoja de ruta a medio y largo plazo basada en siete objetivos para dar un nuevo impulso a Andalucía:

1. Seguridad jurídica porque la economía necesita de confianza y normas de cierta permanencia. Busca un marco económico estable para combatir la crisis, multiplicar la actividad empresarial y generar empleo, así como dotar de más medios a la administración de justicia.
2. Reforma de la Administración para acercarla al ciudadano. Se trataría de simplificar aún más los procedimientos, descentralizar la gestión a ámbitos provinciales y locales y completar el pacto local para fortalecer la acción de las corporaciones locales.
3. Libre competencia. No para ayudar a los más poderosos y a los más fuertes, sino para favorecer la eficiencia.
4. Innovación.
5. Sostenibilidad. Con factores claves como la gestión del agua y el suelo y el uso prudente de la energía.
6. Igualdad de oportunidades.
7. Cohesión social. A través de la concertación con los agentes sociales, el diálogo político, situando la educación como eje vertebrador de todas las políticas (el capital humano como vértice del proyecto), la mejora del capital físico (infraestructuras), un nuevo modelo de patrón sanitario para hacer frente a la nueva realidad (envejecimiento, hábitos saludables, investigación, consumo…) y la consolidación del cuarto pilar del estado del bienestar (ley de dependencia).

Ilusión y estilo

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El Parlamento de Andalucía celebra una sesión de gala, se viste de tiros largos. La Cámara  acoge entre hoy y mañana el debate de investidura de José Antonio Griñán como presidente del Gobierno, el cuarto de la historia de nuestra comunidad (o el quinto si contamos al preautonómico Plácido Fernández-Viagas).

Su discurso definirá la hoja de ruta para los tres próximos años. Un eje fundamental recorrerá el texto: la lucha contra la crisis económica que afecta a Andalucía y a todo el globo terráqueo. Además de las medidas puestas en marcha, el aspirante a la Presidencia de la Junta apostará por la concertación con los agentes sociales (se está trabajando ya con el séptimo acuerdo con empresarios y sindicatos) y la priorización de la educación como la principal política económica. La receta tiene enjundia y genera ilusión. Será el discurso del cambio y la continuidad (tiene que aplicar un programa electoral avalado por la mayoría de la ciudadanía hace apenas un año), que no continuismo.

El PP sigue desconcertado con el proceso de relevo. Javier Arenas anda dando palos de ciego, descolocado, sin referencia, sumido en un estado de ansiedad aún mayor que hace unos días. Ya ha anunciado que no va a conceder ni los tradicionales cien días de cortesía a los nuevos gobernantes. Una respuesta tan inelegante como la dada a la marcha de Manuel Chaves al Gobierno de España. Es sólo una cuestión de estilo. Y la clase no se compra, se tiene o no.