Vuelve el gendarme de Occidente

Es la primera vez en la historia que cualquiera de nosotros quiere que un político no cumpla su programa. No parece que Donald Trump, en cambio, esté dispuesto a ceder. Tras su victoria frente a Hillary Clinton, se empezó a extender la especie de que no era tan fiero el lobo como lo pintaban y que no llegaría a poner en marcha las medidas más controvertidas. Pero nuestros deseos se van a quedar en eso… Los primeros movimientos del excéntrico multimillonario nos ha puesto los pies en la cruda realidad que se avecina. Trump ha elegido a tres ‘halcones’, a tres genuinos representantes de la extrema derecha de su partido, para tres puestos claves de su futuro gabinete: fiscal general, director de la CIA y asesor de Seguridad Nacional. La línea dura republicana copa puestos claves para tomar decisiones que nos afectarán al resto del planeta, desde la geoestrategia militar al espionaje pasando por la gestión de la inmigración, entre otras cuestiones. Trump quiere volver a los tiempos del ‘imperio’ y convertirse en el gendarme de Occidente. Y no sólo recuperando la hegemonía en política internacional y en materia de defensa, sino también desde una perspectiva económica. El futuro presidente norteamericano volverá al proteccionismo de fronteras hacia adentro, penalizando con fuertes aranceles las importaciones a su país, y al mismo tiempo buscará colocar sus exportaciones por todos los rincones. Y todo esto produciendo sin control ni respeto al medio ambiente. Al futuro gobierno de EEUU el cambio climático le importa una higa. Trump nos dejará un mundo peor…

Error sobre error

Lo más aconsejable cuando se mete la pata es rectificar y dar carpetazo al asunto. Cuando la soberbia se impone, se nubla la razón y se persevera en el error. Enrocarse en el patinazo suele empeorar la situación. Esto es lo que le ha pasado a la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes. No sólo desbarró gravemente cuando manifestó que los andaluces tenemos salud y educación gracias a los madrileños, sino que ya en frío profundizó en el yerro con argumentos peregrinos. Cifuentes, en lugar de envainársela, achacó el rechazo frontal a su desafortunado comentario por parte de la presidenta andaluza, Susana Díaz, a las aspiraciones personales de la socialista y al victimismo del PSOE andaluz. Olvida la presidenta madrileña que su ofensiva afirmación ha recibido la censura de todo el arco parlamentario en Andalucía, incluido su partido, el PP, aunque con la boca chica y con su presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla, escondido esperando que escampe el tiroteo de fuego amigo, como bien han señalado algunos medios de comunicación.

Señora Cifuentes, sus palabras son de todo punto inaceptables. En primer lugar porque no se ajustan a la verdad. Andalucía es una de las comunidades autónomas más perjudicadas por la aplicación que hace el Gobierno de Rajoy del sistema de financiación: se dejan de ingresar a razón de 1.000 anuales. Además, en ese reparto cada madrileño recibe 109 euros más para sufragar los servicios públicos que un andaluz. Sin contar los beneficios que reporta a Madrid la capitalidad: más de la mitad de los ingresos extras que recibe es por su condición de capital. Lo más preocupante, sin embargo, es que pretenda enfrentar y dividir a los españoles. Su discurso se asemeja mucho al de los rufianes y compañía. Sólo le ha faltado decir que Andalucía les roba. Este tropezón con reincidencia pone en solfa su concepto de España. Menos golpes de pecho y paraguas con la roja y gualda y más defensa de la igualdad de los españoles. Se hace más patria cuando se pone por delante de todo el bienestar de los ciudadanos, de todos sin excepción. Y por cierto nadie la ha manipulado, señora Cifuentes, sus palabras de ayer fueron claras, clasistas e insultantes.

Foto.OKdiario.

Primeros frutos

La nueva realidad parlamentaria permitirá revertir las políticas dañinas que puso en marcha el Partido Popular en los últimos casi cinco años. Mariano Rajoy no tiene mayoría absoluta para actuar a su capricho y lo pudo comprobar en la sesión de ayer del Congreso de los Diputados. Salió adelante una propuesta del PSOE, apoyada por el resto de la oposición, para derogar la LOMCE, la injusta y segregadora reforma educativa que impuso el tándem Rajoy-Wert con la opinión contraria de toda la comunidad educativa. También se consiguió una de las propuestas que desde hace un año viene defiendo Andalucía, con la presidenta Susana Díaz a la cabeza: alcanzar un Pacto de Estado contra la violencia de género. Y esta misma mañana el PSOE ha impedido que el ex ministro reprobado Jorge Fernández Díaz sea presidente de una comisión en la cámara baja. En este zamarreón inicial del árbol se han recogido ya los primeros frutos… Y los que quedan. El PP se ha dado de bruces con la realidad y el PSOE ha certificado la utilidad de estar en la oposición, que es donde le correspondía con unos resultados tan escuálidos y sin posibilidad de construir una mayoría alternativa. Un acierto desde el punto de vista político (las terceras elecciones habrían dado más mayoría a Rajoy y más margen para seguir produciendo sufrimiento) y una demostración de responsabilidad democrática (era un disparate someter al país a otro proceso electoral y debilitar todo el entramado institucional). Cuando uno se mueve por el dogmatismo irredento no consigue nada. En cambio, son necesarias ciertas dosis de pragmatismo, sin renunciar a la utopía ni a los principios, para conseguir los objetivos.

Foto.- La bancada socialista, con Antonio Hernando y Miguel Angel Heredia, y el inefable Rufián dirigiéndose al atril.

Costureras

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Mi madre era costurera y decían sus clientas que de las buenas, motivo de orgullo para un hijo. Trabajadora sin horas, hecha a sí misma desde abajo, detallista y perfeccionista al máximo. Estuvo hasta el último día con la aguja en ristre para la familia. Huelga decir la admiración y reconocimiento que siento por esta profesión. Quizá por este vínculo emocional, me molesta especialmente el tono despectivo que usan algunos personajes públicos y tertulianos para criticar a Susana Díaz por su voluntad de ‘coser’ el PSOE. Esa actitud despreciativa esconde el clasismo con que se mira al socialismo del sur desde determinadas élites. Resulta preocupante que esa corriente de opinión puede prender fracturando a la sociedad española. Por eso, me rebelo cuando se habla peyorativamente de la costurera del sur desde la atalaya de una malentendida soberbia intelectual. Echo en falta humildad y altura de miras para valorar a la persona y también lo que representa el socialismo del sur en términos de implantación en el territorio, apoyo electoral y capacidad para el desarrollo de políticas públicas desde las instituciones. Si queremos recuperar un PSOE ganador, no se puede hacer sin mirar hacia abajo… Como dice el refrán, algo tiene el agua cuando la bendicen…

Frenar a la derecha

Hablando claro. Si no se tienen los votos suficientes, lo que toca es pasar a la oposición. Eso es lo que ha hecho el PSOE después de la oportunidad desperdiciada por Podemos de remover a Mariano Rajoy y permitir que hubiera un presidente socialista. Las elecciones repetidas el 26 de junio otorgaron más escaños al Partido Popular y una mayoría en las Cortes Generales a la derecha. Por tanto, la mejor forma de combatir y frenar a la derecha es ganando en las urnas. Todo lo demás son discursos para la galería o hacerse trampas en el solitario.

Para que yo me oiga

PARA QUE YO ME OIGA
José Ramón Ripoll

Cómo llamarte por un nombre
cuando todas las silabas crepitan
en la hoguera de tu propia materia.
Dime, cómo mentar tu cuerpo
si hasta el silencio arde.
Cuánto tiempo esta lengua
seca y tiznada ha de callar.
Quién ha de hablar por mí
para que yo me oiga.

* El gaditano José Ramón Ripoll ha sido galardonado esta semana con XXIX Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe.

Hechos, no palabras

Al nuevo Gobierno de Mariano Rajoy se le llena ahora la boca de diálogo. Como por ensalmo. Los dirigentes del PP se han caído del caballo no por convicción, sino por la fuerza de los votos. Bienvenidos a esta orilla de la política después de casi cinco años de rodillo y desplante a la oposición y a las comunidades autónomas. Pero el consenso no puede ser de boquilla, necesita hechos. La verborrea obligada por la nueva aritmética parlamentaria se la lleva el viento. El Ejecutivo tendrá que arremangarse, hacer un cursillo acelerado de negociación y acuerdo y olvidar su prepotencia pasada. Tendrá que escuchar y ceder, no imponer y despreciar las opiniones de los demás.

Y como el camino se hace andando, la primera oportunidad de demostrar que hay voluntad de diálogo y mano tendida la tiene Rajoy respetando la ley que devuelve a los empleados públicos de la Junta de Andalucía la jornada laboral de 35 horas. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dio ayer a entender que la oferta de negociar esta medida de justicia con los funcionarios andaluces no es más que una pose: que se sentarían a hablar pero que el recurso ante el Tribunal Constitucional está cantado y, como consecuencia, no se podría aplicar esta decisión convalidada por el Parlamento andaluz. La abstención del PP en la Cámara resulta muy indicativa de las verdaderas intenciones del Gobierno.

La primera visita de Sáenz de Santamaría presagia que la conversión al diálogo no es real. Que estamos ante una estrategia de marketing forzada por las circunstancias. Es un cambio en las formas (antes destempladas y arrogantes y ahora más amables) pero el fondo es el mismo. No habrá no una mala palabra pero tampoco ninguna buena acción.

Foto.– La presidenta andaluza, Susana Díaz, acompañada por la consejera de Hacienda, con los representantes de los sindicatos UGT, CCOO y CSIF

Las patas cortas de la mentira

A los políticos, entre otras muchas cuestiones, se les ha de exigir rigor y verdad. Con tal de conseguir un titular fácil no se puede falsear la realidad. Los atajos dialécticos para desgastar al adversario retornan como un bumerán contra quienes los toman desde el más absoluto de los desahogos. Ayer el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, dejó caer en el Parlamento una de sus habituales mentiras solemnes: que no se había abierto ningún hospital en los últimos 25 años en la provincia de Málaga y la población había aumentado en medio millón de personas. Como decía mi madre, la mentira tiene las patas muy cortas. La afirmación del dirigente pepero es absolutamente falsa. En ese periodo se han puesto en funcionamiento en Málaga los siguientes hospitales: Costa del Sol (Marbella), Antequera, Benalmádena y Guadalhorce (Cártama). Y está a punto de abrir sus puertas el de Ronda. Una metedura de pata de este calibre sólo es posible desde la ignorancia o la mala fe. O las dos cosas al mismo tiempo. Moreno Bonilla se mueve al más puro estilo de la propaganda de Goebbles: miente que algo queda. Pero ante el vicio de mentir, está la virtud de contar y contrastar la verdad. No alberguemos esperanza alguna de que rectifique. Su soberbia no se lo permite.

¿Humor o angustia?

La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos ha suscitado una enorme angustia en todo el mundo. Este éxito del multimillonario espolea las expectativas del populismo de seguir ganando terreno en otros países. Un escalofrío recorre el planeta y los humoristas gráficos reflejan bien este sentimiento de pavor y preocupación.

Viñetas.– El Roto (El País), Ricardo y Gallego&Rey (El Mundo), Miki&Duarte y Esteban (Grupo Joly) y Manel Fontdevila (eldiario.es).

Ganó el populismo

Nueva pifia de las encuestas. Ninguna auguraba el triunfo de Donald Trump y desde hoy es ya el 45º presidente de Estados Unidos. Politólogos, comentaristas y periodistas mostraban en este amanecer su asombro por la victoria del multimillonario. O dicho de otro modo: intentaban tapar su falta de tino y olfato para prever el resultado electoral. Tras el fiasco demoscópico del Brexit, del referéndum de paz en Colombia o del sorpasso en España, el estrecho margen que pronosticaban los sondeos hacía presagiar el bombazo. Y se ha producido y de forma contundente. El mundo afronta una nueva era y no será para bien. Nos esperan tiempos de incertidumbre y convulsión. La llegada de Trump a la Casa Blanca constituye una mala noticia para la convivencia.

Esperemos que las soflamas de campaña del excéntrico ganador no se consumen en hechos durante su mandato. Trump se ha mostrado en estado puro: autoritario, provocador, xenófobo, machista, intolerante, soberbio… Una ‘joya’ que han elegido con sus votos los ciudadanos americanos. Nos guste o no la elección ha sido un ejercicio de democracia. No se trata de reñir a los electores, como han hecho esta mañana Pablo Iglesias y sus cuates morados a través de las redes sociales al más puro estilo Julio Anguita, sino de encontrar las razones que expliquen por qué una mayoría de estadounidenses han dado su voto a este energúmeno político.

Nadie pone en cuestión la preparación y la solvencia de Hillary Clinton. Era la candidata del mundo civilizado e incluso de algunos republicanos que detestaban los modos y el histrionismo de Trump. Sin embargo, la demócrata no ha logrado conectar con la ciudadanía norteamericana por un cúmulo de circunstancias: lleva demasiado tiempo en política y no supone renovación alguna; era su segunda tentativa tras perder en 2008 en las primarias demócratas con Barack Obama y no ha despertado nunca la ilusión que acompañó al actual presidente en sus campañas; las cuitas personales la han perseguido todo este tiempo; las dinastías (primero su marido y ahora ella) no tienen buena venta en política; y no ha sabido aprovechar los gravísimos errores y las barbaridades de su contrincante. A todo ello, hay que sumar las dificultades para romper el techo de cristal en una sociedad con tintes machistas.

La pesadilla se hizo realidad. Y el mundo se enfrenta a sufrir la era Trump. En Europa el populismo se frota las manos y confía que la ola llegue a esta parte del Atlántico. En un año tendremos elecciones en Francia y Alemania y la demagogia populista ha ganado posiciones en esos países, como ocurrió en Reino Unido con el Brexit. ¡Qué desgracia!

Foto.- ABC.