Las fullerías del PP

El Partido Popular se afana día a día en manipular la realidad en Andalucía. Como los tahúres, sólo entiende la política desde la trampa y la triquiñuela. Además, no les importa de decir una cosa y la contraria porque siempre intentan arrimar el ascua a su sardina, responda o no a su ideario liberal. En un nuevo ejercicio de prestidigitadores de tres al cuarto, y con el fin último de desgastar la sanidad pública, nefanda campaña que están desplegando por su interés en el negocio privado, el PP nos ofreció una nueva ración de datos trucados. Ponía el grito en el cielo porque, según sus cuentas manoseadas con mala fe, en los presupuestos para 2017 los conciertos privados crecían un 13%. Los medios de comunicación, haciendo dejación de su responsabilidad social, le daban carta de naturaleza al guarismo sin hacer el más mínimo contraste. Pero la verdad sólo tiene un camino. Y la cantidad consignada en las cuentas es idéntica a la del ejercicio actual. Lo único que ocurre es que el montante que se tenía que haber pagado este año a la empresa Pascual por los servicios concertados no se han abonado por discrepancia del concesionario con  el precio estipulado y se pasa al presupuesto de 2017. Una cuenta tan fácil y tan clara que el PP no ha sabido hacer por ignorancia o por mala intención, o quizá por las dos circunstancias.

Andalucía tiene un sistema público de salud fuerte, que hace más de 75 millones de actuaciones al año, con 49 hospitales públicos y más de 1.500 centros de salud y con un presupuesto anual de casi 10.000 millones de euros. Una suculenta tarta que hace la boca agua al sector privado pero a la que no pueden hincarle el colmillo por la apuesta por lo público de los sucesivos gobiernos socialistas. Los datos son incontestables: más del 96% del presupuesto de salud de la Junta se desarrolla con medios cien por cien públicos y no llega al 4% lo que se destina a la actividad concertada. Un porcentaje de conciertos de los más bajos de este país y que tiende a disminuir porque la puesta en funcionamiento de nuevas infraestructuras sanitarias, la apertura de nuevos servicios y la adquisición de tecnologías punteras están permitiendo hacer frente con medios propios a servicios que antes se concertaban. Ésta es la sanidad pública en Andalucía y el PP miente a sabiendas para desprestigiarla y tender la alfombra roja a intereses privados que no garantizarían una cobertura universal y la igualdad de oportunidades.

Ya sabemos el estropicio que ha hecho el PP en el Gobierno de España y en las comunidades donde gobierna. Los recortes de más de 7.000 millones nada más llegar a la Moncloa, la exclusión de casi un millón de usuarios (jóvenes que salían a buscar trabajo en el extranjero o inmigrantes) los copagos o las privatizaciones a mansalva (cuatro en Madrid o cinco en la Comunidad Valenciana). Capítulo aparte, para mayor bochorno si cabe, merece el intento de María Dolores de Cospedal de saldar una deuda con unas constructoras a cambio cuatro hospitales públicos de Castilla-La Mancha, menos mal que esta tropelía no salió adelante. Con estos antecedentes, los que no creen en la sanidad pública no pueden dar lecciones de nada. Se mueven por intereses inconfesables y para nada buscan el bien común.

Foto.- La Voz. Susana Díaz, inaugurando el viernes las urgencias del Hospital San Carlos en San Fernando (Cádiz).