Triste honor de Rajoy

Se consuma el hachazo. El Tribunal Constitucional ha decretado la suspensión cautelar de la jornada de 35 horas semanales de los empleados públicos de la Junta de Andalucía tras el recurso presentado por el Gobierno de la nación. Mariano Rajoy acumula en su casillero el triste honor de haber arrebatado por segunda vez este derecho de los trabajadores de la Administración autonómica. Es una agresión a los más de 250.000 empleados públicos de la Junta de Andalucía, a los más de 7.000 nuevos empleos que se habían generado con las horas excedentarias y un desgaste innecesario al que se somete a los servicios públicos. Un ataque gratuito y autoritario cuando, al calor de esta polémica, el propio Ejecutivo ha planteado la posibilidad de volver a la jornada de 35 horas con los presupuestos generales de 2018. Sin duda, una reacción a remolque y que evidencia la mala conciencia que existe en Moncloa con una decisión que no cuadra con el discurso de la recuperación económica. El PP andaluz se dio cuenta que el recurso ante el TC le hacía pupa electoral y pidió con la boca pequeña, sin convición y de cara a la galería que no se aplicara la suspensión cautelar. Pero el presidente de la franquicia pepera andaluza, Juan Manuel Moreno Bonilla, no tiene fuerza en el seno de su partido, le echan tanta cuenta como al pito de un sereno. Como siempre, no es novedad, ha carecido del arresto para plantar cara con firmeza ante una decisión injusta que agrede a los empleados públicos. Ya estamos acostumbrados a una derecha que no tiene sensibilidad ni compromiso con Andalucía ni con su gente.

Foto.ABC de Sevilla. Firma entre la presidenta andaluza, Susana Díaz, y los sindicatos de las 35 horas y la recuperación de otros derechos arrebatos por el Gobierno de Rajoy.

Argucia ramplona

Hay gestos que sólo buscan desviar la atención o envolverse en la demagogia. La última pirueta de Cristina Cifuentes se zambulle en esos dos ámbitos. La renuncia de la presidente madrileña a disfrutar este año de vacaciones pretende un hipotético aplauso fácil de la opinión pública y tapar que su número tres está cada vez más cercado por la fiscalía anticorrupción y la investigación judicial. Ante el enésimo episodio que salpica a un dirigente del PP en la comunidad de Madrid, Cifuentes ha sacado el señuelo de quedarse sin vacaciones para conducir el debate político a un asunto menor y que los focos no estén sobre su consejero Jaime González Taboada. Regate corto, argucia ramplona que desde luego no va a engañar a nadie. Es tan insolvente su argumento que ha recibido la crítica unánime de sindicatos y otras fuerzas políticas. Y lo más llamativo es que hasta su compañera Fátima Báñez, a la sazón ministra de Empleo, le ha recordado que las vacaciones son un derecho de los trabajadores. La maniobra de la presidenta madrileña no merece perder ni un segundo en el plano jurídico y en el plano político se ha ganado el reproche por falaz y ventajista.

Foto.- Huelva Hoy.

Unanimidad contra Rajoy

Los sindicatos han criticado unánimente y con contundencia el anuncio del Gobierno de la nación de recurrir la jornada de 35 horas de los empleados públicos de Andalucía. Coinciden con la Junta en que esta decisión supone una agresión a los trabajadores, al empleo y a los servicios públicos.

UGT considera lamentable la irresponsabilidad del Gobierno del PP al recurrir las 35 horas en el sector público andaluz. El PP, a su juicio, vuelve a atacar a Andalucía y a sus empleadas y empleados públicos con nuevos recortes, que suponen una vuelta atrás en la recuperación de derechos y en la estabilidad laboral.

CCOO sostiene que este recurso es «un ataque» y «una prueba de que el Gobierno y el PP no permiten que Andalucía recupere sus derechos». Esta central sindical ha lamentado la reacción de Moncloa hacia una política positiva que, además de recuperar un derecho, suponía generación de empleo en servicios públicos que tomaban fuerza, por lo que la decisión del Gobierno representa «una vuelta de tuerca».

CSIF subraya que ha habido poca sensibilidad del Gobierno con unos empleados cuyos derechos «han sido los más recortados desde el inicio de la crisis y que vieron la medida de la Junta como una devolución justa ante el esfuerzo y la dedicación para sostener los servicios públicos esenciales durante estos años».

Todos emplazan al PP de Andalucía a que pongan pie en pared ante el hachazo a los empleados y los servicios públicos de esta comunidad. Como siempre, el PP y Moreno Bonilla callarán sumisos.

Foto.- El País. Acuerdo firmado por la Junta, con Susana Díaz, y los sindicatos para recuperar derechos en la función pública.

Ataque al empleo público

Con alevosía y ‘estivalidad’. Así ha actuado el Gobierno de Mariano Rajoy anunciando un recurso contra la jornada de 35 horas semanales de los empleados públicos de Andalucía. Lo hace un viernes de mediados de julio cuando media España se encuentra de vacaciones. En esta comunidad, tras acuerdo con los sindicatos, se volvió a la jornada de 35 horas el 16 de enero de este año y seis meses después, y pese al soniquete incesante de la recuperación económica, el Partido Popular vuelve a recortar derechos de los trabajadores. No solo perjudican a los que verán aumentadas sus jornadas, sino que pone en peligro el empleo público que se había creado en Andalucía para cubrir dichas horas y desgastan unos servicios públicos en los que no creen. Muy del estilo del PP. Mucho discurso y fanfarria pero a la hora de la verdad sólo la pagan con los de siempre: los trabajadores y los que necesitan unos servicios públicos para estar en igualdad de oportunidades. Así se las gasta la derecha.

Empleo de calidad

Reunión positiva entre la presidenta Susana Díaz y la nueva secretaria general del CCOO en la comunidad, Nuria López. Una reunión con muchos puntos de coincidencia: la necesidad de una financiación autonómica justa para fortalecer los servicios públicos y la de unir fuerzas para que el empleo que se crea sea digno y de calidad. O dicho de otra forma que la recuperación económica la noten los trabajadores y no sólo las empresas. Eso sí, para ello es necesario también derogar la funesta reforma laboral del Gobierno del PP, que produce precariedad, salarios bajos y trabajadores pobres con dificultades para llegar a fin de mes.

Mucho que reivindicar

El Primero de Mayo siempre es sinónimo de reivindicación. Y mientras que no se consiga derogar la reforma laboral del Partido Popular con más motivo. El Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho mucho daño a los trabajadores. Se necesita acabar con esta reforma infame y establecer un nuevo marco de relaciones laborales que recupere derechos de los trabajadores y la negociación colectiva, que combata la precariedad y los salarios de miseria que produce trabajadores pobres, que garantice mejoras en seguridad laboral (el índice de siniestralidad es insoportable), que consolide la igualdad en el trabajo y acabe la brecha salarial (no es asumible que una mujer cobre un 23% por el mismo trabajo). España no se puede permitir que los jóvenes no tenga oportunidades aquí. La generación mejor formada de nuestra historia no se merece salarios bajos, contratos precarios, que se les obligue a trabajar como falsos autónomos o que no les quede otra que irse fuera. Por tanto, en este Primero de Mayo, y tras una Encuesta de Población Activa del primer trimestre del año que no ha sido tampoco muy halagüeña en España, tenemos mucho que reivindicar más que celebrar.

Foto.20 minutos.

Hasta aquí hemos llegado

Insaciables. Con la excusa de la crisis, el liberalismo se ha cebado con los trabajadores en los últimos cinco años. Nos han asestado golpes y más golpes y nos han arrebatado con avaricia derechos laborales. No se conforman con el resurgimiento de la figura de los trabajadores pobres, que con un sueldo de miseria no tienen para llegar a final de mes. Les parece poco que la brecha de la desigualdad se haya agrandado de tal manera que más de tres millones de personas hayan dejado de ser clase media y se encuentren en riesgo de exclusión. Se frotan las manos porque hoy los ricos son más ricos y los pobres más pobres. El peso de la crisis lo hemos soportado los trabajadores y ahora que se atisba la recuperación quieren más hachazos sobre los de siempre. No están satisfechos con las vueltas de tuerca que nos han dado. Pero hasta aquí hemos llegado.

El Banco de España plantea abaratar de nuevo el despido, quitar protección a los contratos fijos y una nueva revisión salarial. Otro tijeretazo en la barriga de los trabajadores. Al calor de las elecciones, el supervisor bancario se mete en arena política. Posiblemente animado por el Gobierno de Mariano Rajoy. Lo usa para que lance globos sonda a ver si cuelan. Quiere sin duda el PP, empujado sus compromisos inconfesables, endurecer su reforma laboral infame. Una reforma que impuso sin diálogo y que genera poco empleo y además precario y con condiciones casi de explotación. Más que nunca hace falta que el 26 de junio saquemos democráticamente a Rajoy y al PP de la Moncloa y el nuevo Gobierno socialista derogue la reforma laboral y construyamos un nuevo marco de relaciones laborales que recupere la negociación, respete los derechos de la fuerza del trabajo y genere empleo de calidad y estable.

Foto.EFE. Luis María Linde, gobernador del Banco de España.

Siglo XIX

Dice el presidente de la patronal CEOE, Joan Rosell, que el empleo fijo y seguro es un concepto del siglo XIX. Lo que son de esa época son los salarios de trabajadores que no dan para llegar a fin de mes y llevar una vida digna. O que miles de trabajadores no tengan convenios colectivos por un reforma laboral infame del Partido Popular que nos desprotege. O que haya trabajadores con condiciones laborales que lindan con la explotación, echando más horas por menos remuneración. O que en 2015 en España tenemos ya el mismo Producto Interior Bruto que en 2010 y sin embargo la masa salarial del conjunto de los trabajadores ha caído en 30.000 millones de euros, lo que quiere decir que los ricos son más ricos y las clases media y trabajadora se han empobrecido durante la crisis. Todo esto sí que es del siglo XIX y lo que corresponde al tiempo en que vivimos es un marco de relaciones laborales con salarios dignos y empleos de calidad. ¡Derogación ya de la reforma laboral!

¡Nos han roto la hucha!

Al Partido Popular le ha pasado en esta legislatura como a esos padres y madres que, por su mala cabeza, rompen la hucha y les quitan los ahorros a sus hijos. Más o menos así se ha comportado el Gobierno de Mariano Rajoy con el Fondo de Reserva de la Seguridad Social: se encontraron con una (maravillosa) herencia de 66.815 millones de euros para garantizar el pago de las pensiones y la han dejado prácticamente a la mitad con 34.221 millones. Este gobierno de teóricos grandes gestores nos ha roto la hucha a los pensionistas de hoy y, sobre todo, a los de mañana. Han dilapidado el legado recibido del periodo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, del que por cierto nunca han hablado y valorado, y lo han hecho para tapar los errores de su gestión. Desde el gabinete de Rajoy se ha hecho caso omiso a las peticiones de sindicatos y partidos de izquierda para reforzar el fondo de reserva. En cambio, todo ha ido encaminado a debilitar el sistema público de pensiones. El PP ha roto la hucha de los trabajadores por ideología y para tapar sus carencias con el dinero de todos.

Metiendo miedo

El debate sobre el futuro de las pensiones es recurrente. De tarde en tarde, sin nadie saber por qué, algún halcón neoliberal lo pone sobre el tapete para generar incertidumbre y, de camino, hacer un favor a los fondos de pensiones privados. El último emisario de este contubernio del miedo ha sido el gobernador del Banco de España. Luis Linde se ha descolgado con que el problema demográfico «conduce a una reducción inexorable de las pensiones a largo plazo salvo que se combinen con el ahorro privado«. El gobernador quiso minimizar el impacto en los hogares de la rebaja de las pensiones porque, según sus datos, el 70% de los españoles cuando se jubila tienen su casa pagada y ya no tienen que pagar hipoteca. Razón de peso (es ironía, preciso por si no se entiende) para justificar un recorte de los derechos de la clase trabajadora y meterle la mano en la hucha que han ido nutriendo para afrontar dignamente sus últimos años de vida.

La ecuación perfecta del manual liberal: fomentar el pánico entre los trabajadores y hacer una impagable campaña de publicidad al negocio privado. Tanto desahogo produce inseguridad entre los actuales cotizantes. Me molestan la ligereza y la insensibilidad con las que se manifiestan personajes como Linde. Y me revuelvo contra esta actitud desde una perspectiva política, solidaria y también personal como trabajador que lleva más de 33 años cotizados a la Seguridad Social. No puede ser que el beneficio empresarial crezca año a año y los beneficios laborales se jibaricen no sólo durante el periodo de actividad sino también durante la jubilación. Se está creando una sociedad cada vez más dual, en la que se acrecientan las diferencias entre una minoría muy rica y una inmensa mayoría con limitados recursos. La ortodoxia neocon nos lleva por el camino equivocado. No se mejora la competitividad de un país quebrando el principio de igualdad, reduciendo los salarios y las pensiones o liquidando los servicios públicos esenciales como la sanidad y la educación. Esa ruta sólo tiene rédito los de siempre.

PD.– El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero dejó más de 60.000 millones en el fondo de reserva de la Seguridad Social para proteger las pensiones. Mariano Rajoy ha dilapidado la mitad de esta maravillosa herencia de la que nunca habla. ¿Está haciendo el PP con sus decisiones insostenible el sistema por ideología?

Foto.Efe.