Iceberg

ICEBERG
Benjamín Prado

Entra al poema,
lávate en su agua clara,
pisa su limo

y oye mi historia.
Olvida lo que sabes,
ve lo invisible

y húndete en mí.
Verás la parte oculta
del iceberg.

Verás tu miedo,
verás tus ilusiones
desde mis ojos.

Verás tu cara
esculpida en el hielo,
hecha de arena.

Así es la vida:
lo que es falso es la luz,
lo conocido.

Así es la vida:
la verdad nos espera
bajo las olas.

Decir la verdad

Los llamados a comparecer ante una comisión parlamentaria de investigación están obligados a decir la verdad. Hoy hemos podido leer en eldiario.es que el entonces alcalde de Sevilla y hoy ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, mintió cuando fue interrogado en 2012 en la comisión que investigaba los expedientes de regulación de empleo de Andalucía. Una noticia que ha saltado porque una de las dos altas representantes del Gobierno de José María Aznar que han declarado en calidad de imputadas ante la jueza por el ERE de la Faja Pirítica de Huelva, una documentación que el Ejecutivo del PP se negó a remitir al Parlamento de Andalucía, ha dejado en evidencia al ministro. Además, hoy ya es de dominio público algo que se intentó ocultar: que la administración general del Estado usó en el mismo sistema de ayudas directas que la Junta para auxiliar a las empresas en crisis. Yendo a la información de Zoido, en cualquier país democrático de nuestro entorno europeo si un político es acusado de mentir, ese mismo día da explicaciones para corregir al medio o, de lo contrario, estaría en la picota y empujado a asumir responsabilidades políticas. En la cultura de la derecha española eso suena a ciencia ficción. En fin, las últimas novedades en torno a los ERE empiezan a desinflar el globo que el PP intentó hinchar para hacer daño a mucha gente honesta.

Política de altura

Javier Fernández, presidente asturiano y de la gestora del PSOE, atesora un enorme autoridad moral y también intelectual. No es un político de los que buscan el foco mediático y sus muchos valores y virtudes no son tan conocidos para el gran público. Esta mañana, en su informe político ante el Comité Federal socialista, ha pronunciado un discurso de altura, de esos que se echan en falta en tiempos de fugacidad, 140 caracteres y mensajes primarios. Profundidad frente al maniqueísmo que nos rodea. Fernández ha sabido combinar razón y emoción en media hora de alocución sin mirar un papel, toda una lección magistral de la vigencia de la socialdemocracia, de la lealtad con la que deben actuar personas y partidos, de la política útil con principios y sin renuncias, de autocrítica y de apelación a la esperanza… Como socialista, me he sentido identificado en su alegato repleto de verdad que choca con esta era de la posverdad o verdades aparentes que no reales que estamos viviendo. Hoy es uno de esos días en los que uno se siente especialmente orgulloso de pertenecer a esta familia.

Nota.– Lo puedes ver en este vídeo a partir del minuto 30:00 o leerlo en este enlace (clica aquí).

Mentes calenturientas

Me produce repugnancia esa forma de hacer política (más que política es politiquería) basada en la insidia y en la carroña. La practique quien la practique, aunque siempre suelen ser los mismos. El Partido Popular andaluz es especialista en ensuciar el debate público para tapar su alarmante falta de proyecto político. La derecha lleva años enfangando, recurriendo a las malas artes y tomando atajos inmorales buscando arañar un puñado de votos a cualquier previo. Cada día nos regalan un episodio cada vez más esperpéntico y con medios de comunicación, por desgracia, dispuestos a seguirles el juego.

Ayer las mentes preclaras del PP creyeron encontrar un filón informativo en la quema de documentos con el logotipo de la Junta de Andalucía en un descampado. Sin encomendarse a la verdad y sin esperar a un conocimiento exhaustivo de los hechos, levantaron una injustificada voz de la alarma y alertaron de «gravísimas infracciones» de carácter administrativo y penal que se habrían podido cometer. Podemos se sumó también a este aquelarre hiperbólico dentro esa luna de miel que mantiene con el PP y que nos recuerda tanto a la época de la pinza de los años noventa. Derrocha tanto antisocialismo la formación morada que no tiene reparo en ir de la mano siempre con la derecha en esta tierra.

Una vez conocida la denuncia, el Gobierno andaluz se puso a investigar los hechos a través de la unidad adscrita de la Policía autonómica y en clave administrativa. El resultado de esta indagación ha demostrado que el material destruido carecía de valor alguno por tratarse de publicaciones obsoletas. En concreto, eran elementos publicitarios antiguos (folletos, cartelería, trípticos y diversos catálogos de la Consejería de Agricultura) que provenían de unos almacenes que fueron desalojados para ahorrar los costes de alquiler. Lógicamente, los documentos más valiosos o de interés han sido trasladados a las dependencias de la Consejería y se decidió destruir sólo los objetos inservibles, que finalmente se hizo en una parcela de la Junta donde se queman las podas.

El método empleado por los funcionarios no ha sido el más ortodoxo. Sin duda. Pero de ahí a montar un gran escándalo media un abismo. Y más viniendo de los destructores de discos duros a martillazos después de formatearlos hasta en 35 ocasiones para no dejar información en su interior. La respuesta descocada y exagerada es propia de mentes calenturientas. Piensa el ladrón que todos son de su condición. Hubo gente del entorno de la gaviota que comparó la quema de ripios con los papeles de Panamá: ¿se puede ser más cretino? Esta tormenta en un vaso de agua orquestada por el PP pone en evidencia que la estupidez, la inquina y la mala leche no tienen límites. A ver si aprenden de su errores y antes de disparar y manchar gratuitamente, que pregunten.

Viñeta.El Correo. (Habría que cambiar en este caso artista por político o miembro de un gobierno).

El tapiz persa

EL TAPIZ PERSA
José Moreno Villa

Pasan tus ojos inquietos
por el tapiz oriental…
Signos de cábala, enigmas,
policromías… quizás
por el bosque de sus líneas
caminando, pensarás
que esas rayas que se cruzan,
y que vuelven, y se van,
y se rizan locamente,
las trazó tu pie al andar.

Tu pie, pobre pie de ciego
que no sabe a dónde va,
ni por qué es dura la tierra,
ni por qué tiene que andar …
Pie de ciego, que ha pintado
de carmín la blanca paz
del sendero, y consentido
su esperanza derramar
como un hilo verde, encima
del tapiz de la verdad.

Día 5

DÍA 5
Elena Martín Vivaldi

Dame tu mentira, abril,
venda mis ojos y enciende
toda la luz de tu sol,
y deja al alma que sueñe.

Esconde tú mi verdad.
No me la digas. Alegre
abre tu puerta. Que yo
por tu primavera entre.

Sonrisa. Abril. Cielo azul.
Con mis lágrimas, ya ausentes,
deja tu rocío a la flor.
¡Y dile al viento que espere!

Temeridad matizada

Acierta cuando rectifica. No se compadecía el triunfalismo de Mariano Rajoy decretando que la crisis es «historia del pasado» firmando un plan de emergencia para parados de larga duración con empresarios y sindicatos. Con más de diez millones de trabajadores al borde de la exclusión social (5,5 millones de desempleados y con 5,7 ocupados con salarios por debajo de 645 euros) las palabras del presidente del Gobierno resultaban temerarias y muy alejadas del sufrimiento de cientos de miles de familias españoles. Es el momento de tener los pies en la tierra y de no lanzar las campanas al vuelo. Esta ayuda es de justicia en tanto en cuanto la recuperación no llegue a los que más están padeciendo esta crisis. Por eso, Rajoy ha tenido que contener su euforia de la semana anterior y matizar que «la recuperación se completará cuando se note en el bolsillo de todos». Quizá le ha faltado una mayor contundencia en su matización, pero no se puede negar que tras la polvareda que levantó su exceso de optimismo ha tenido que rebobinar y dejar de frivolizar con la angustia y el dolor de la mucha gente. No debe confundir el presidente sus deseos con una realidad cargada de crudeza. Tampoco confundir su rol institucional con sus aspiraciones electorales. Los ciudadanos demandan claridad y verdad a sus representantes públicos. Y las soflamas propagandísticas no sólo no prenden sino que provocan más desafección y más indignación entre los muchos españoles que a día de hoy (y esperemos que no por mucho tiempo) lo siguen pasando muy mal.

El mundo elíptico de Rajoy

Rajoy, llamar al pan, pan y al vino, vino

A cualquier ciudadano que siga la política le sonarán estas palabras de Mariano Rajoy: «Me comprometo a decir siempre la verdad, aunque duela, sin adornos y sin excusas: llamar al pan, pan, y al vino, vino». Cuando uno rememora esta frase tan solemne y repasa la trayectoria del presidente, se da cuenta que nada más lejos de la realidad. Se llevó meses sin citar el nombre de Bárcenas, a Rodrigo Rato lo define como «a la persona que usted se refiere» y este domingo no citó la palabra corrupción y usó el eufemismo de «algunas cosas que no nos gustaría que se produjeran«. Casi tres años de elipsis para no definir con palabras determinadas contrariedades. En fin, entre el dicho y el hecho siempre hay un trecho. Con Rajoy estamos ante un abismo.

PD.– Dijo el presidente que «unas pocas cosas» no reflejan lo que es España y sus 46 millones de habitantes. Pues su partido en Andalucía sólo tiene una cosa como argumento político: echar en cara la paja de la corrupción en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Menudo sarcasmo.