La corrupción que está desempolvando la justicia en Baleares alrededor de la gestión del Partido Popular y, en concreto, de Jaume Matas, ex presidente autonómico durante ocho años y ex ministro de Aznar, da para escribir varios tomos de la enciclopedia británica. Es todo un despropósito y un atentado a los asuntos de dominio público. Cada vez que se tira del ovillo se deja al descubierto una realidad turbia, con maniobras ilícitas y oscuros tejemanejes para la mayor gloria de las cuentas privadas de Matas. Sobre él pesan doce cargos de delitos de corrupción y una fianza de tres millones de euros. El auto de juez de instrucción es demoledor y se extrae como principal conclusión que el ex dirigente popular se ha venido a reír del poder judicial y, por ende, de todos los españoles.
La propaganda del PP no ha parado de repetir las supuestas excelencias del modelo del ex capo popular de las islas y se le ponía como ejemplo en las comunidades gobernadas por el PSOE. Después de Matas le tocó el turno de loas y flores desmedidas al presidente valenciano, Francisco Camps, hasta que el caso Gurtel le salpicó los trajes con manchas indelebles y sombras de ausencia de ética. Ahora el epicentro autonómico del PP se ha trasladado a Galicia.
Poco tino tienen los ojeadores del PP porque también decían que Juan Carlos Juárez (La Línea) o Juan Enciso (El Ejido) eran los mejores alcaldes de la democracia y, años después, ambos están pagando en los tribunales los desmanes de una gestión arbitraria y megalómana. Uno de los principales altavoces de esta mercadería de almoneda no es otro que Javier Arenas, un político siempre dado a la exageración y la hipérbole. Las hemerotecas rebosan de las declaraciones grandilocuentes a la par que huecas de un Arenas que no tiene empacho en adobar la realidad para intentar camuflar el hedor que desprende.
A los servicios jurídicos del PP se le acumulan los casos de corrupción. Las aguas fecales rodean a Mariano Rajoy y éste como siempre, mudo, pusilánime, escondido en la madriguera, esperando a que escampe. Se amontona demasiada basura en los aledaños de la sede nacional en la madrileña calle Génova. Va siendo hora que actúen con diligencia los servicios de limpieza y desinfección democráticas. Si no responden con diligencia, de Matas acabarán en el matadero electoral. Tanta podredumbre está resultando demasiado indigesta para la sociedad española, incluso para el electorado de la derecha.
PD.- Leo una noticia en El País y me quedo atónito. Desde el año 2007, Rajoy le pasa una pensión de 5.000 euros a Matas por haber dejado su escaño y pese a tener plaza como funcionario en su comunidad autónoma, a la que no se ha reincorporado, y haber estado trabajando para una firma hotelera y una asesoría jurídica. Y la pregunta viene a pelo: ¿de dónde saca el PP tanto dinero para poder mantener a cargos prejubilados?
Foto.- Matas, primero por la izquierda, en un acto con Rajoy.