¿Esto es recuperación?

El sociólogo Narciso Michavila difundía ayer a través de su cuenta de Twitter este gráfico y lo acompañaba de un comentario rotundo: «Por primera en la historia, el jubilado ingresa más que el ocupado. PRIORIDAD: crear empleo y proteger al parado«. El presidente de la firma GAD3 insistía en esta red social en que «la creación de empleo deber ser la prioridad, la protección del parado de larga duración una necesidad imperiosa«. Estos datos deberían hacer saltar las alarmas en un país como España, teórica quinta potencia de la Unión Europea, y en un Gobierno que tanto triunfalismo derrocha con la tan cacareada recuperación económica. Pero Mariano Rajoy ni se inmutará.

La crisis y la gestión de la misma (léase reforma laboral, fundamentalmente) han empobrecido a la fuerza del trabajo. Los trabajadores, estén ocupados o no, han perdido derechos y condiciones salariales. Y lo que es más preocupante: las peores condiciones retributivas tendrán como resultado en el futuro unas pensiones más bajas que las actuales. Un círculo vicioso que profundiza la brecha de la desigualdad y que penaliza a los de siempre. O se cambia la política económica neoliberal que nos imponen desde fuera y con la que tan a gusto se siente el Partido Popular y se apuesta por el empleo de calidad, estable y con salarios decentes, o las clases trabajadoras y medias seguirán soportando sobre sus hombros, el legado envenenado de esta crisis. El poder adquisitivo de los jubilados no se ha resentido de momento gracias al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, una maravillosa hucha que dejó el Gobierno de Rodríguez Zapatero con más de 65.000 millones de euros y de la que los mandatarios actuales se han comido más de la mitad. Ni Rajoy ni el PP van a tener tiempo para dilapidar esta bendita herencia. Menos mal.