Tolerancia francesa

Infografía de La Vanguardia sobr el romance clandestino de Hollande

El presidente francés, François Hollande, está en todos los medios de comunicación y no por cuestiones políticas. El motivo es bien diferente: la revelación de una relación de meses con la actriz Julie Gayet. La difusión de este idilio, de momento no desmentido, ha provocado tal terremoto sentimental en el Elíseo que la primera dama gala, Valérie Trierweiler, ha sido hospitalizada al sufrir un choque emocional. No me interesan los devaneos amorosos ni de Hollande ni de nadie. Lo mismo piensan los ciudadanos del país vecino. Una gran mayoría (77%) sostiene que es un asunto privado que sólo concierne al presidente y un porcentaje aún mayor (84%) no ha cambiado su opinión sobre él. Es una demostración de madurez democrática sin lugar a dudas. En Francia existe una línea clara entre las esferas pública y privada, siempre y cuando no haya colusión de intereses y se perjudique lo que es de todos. Quizá en España un asunto de esta naturaleza arrojaría un resultado distinto si se sometiera a análisis demoscópico. Me satisface la tolerancia de los franceses, aquí un affaire sentimental tendría una valoración social bien distinta (más aún en Estados Unidos) y sería objeto de monográficos no sólo en los programas del corazón que copan la parrilla de algunas cadenas televisivas. Mientras que una cuestión de naturaleza privada no tenga ninguna repercusión en el ámbito público, hay se debe quedar. El morbo y el exceso de curiosidad no pueden justificar la invasión de la esfera íntima.

Infografía.- Publicada por La Vanguardia a raíz de las encuestas realizadas por la prensa francesa.

Ricky Martin se sincera

A muchas mujeres se les habrá caído un mito, un objeto del deseo más profundo. Ricky Martin ha puesto fin a años de cotilleos y de exaltación del morbo reconociendo públicamente su homosexualidad. El exitoso y atractivo cantante portorriqueño, conocido por sus pegadizos temas y por el movimiento frenético de caderas, se sincera y afronta esta nueva etapa existencial como «regalo» que le da la vida. Su confesión ha encontrado el calor, el cariño y el respeto de compañeros del mundillo de la música, como Alejandro Sanz, Juanes o Miguel Bosé. Muestras de afecto y reconocimiento que le llegaron a través de su perfil en Twitter, las nuevas formas de comunicación 2.0 están a la orden del día en todos los ámbitos.

Confío en que, a raíz de esta confidencia, lo dejen vivir en paz y Ricky pueda realizarse como persona en el camino que ha elegido. La condición sexual pertenece a la esfera más reservada de cada cual. Es insoportable, empero, la invasión de la prensa rosa en la vida privada de artistas y famosos. La pulsión jurídica entre los derechos de información y a la intimidad se inclina siempre hacia el primero y queda desprotegido en más ocasiones de las deseables el ámbito personal, el de los afectos y el de la orientación sexual de muchos personajes públicos. Ya va siendo hora de que impere el sentido común y el comedimiento en la labor de algunos medios de comunicación que se mueven entre el sensacionalismo y la banalidad al estar dirigidos por mentes obtusas e insanas.

Telerrealidad

La realidad supera con mucho a la ficción. Todos los medios de comunicación dan cuenta hoy de la muerte de Jade Goody, una irreverente y altanera ex participante de Gran Hermano que vendió su agonía como consecuencia de un cáncer terminal para dejar una buena herencia a sus dos hijos. El fin es bueno, pero el camino para conseguirlo deja mucho que desear o, al menos, da pie a abrir una reflexión ética. Si ya resulta patético el exhibicionismo público de los programas inspirados en la telerrealidad, comerciar con el dolor y el sufrimiento chirría, suena impúdico, alienta el morbo, alimenta la carnaza. ¿Hasta dónde hay que cebar la malsana curiosidad? Al trapo ha entrado hasta el primer ministro británico, Gordon Brown.

He realizado una búsqueda de urgencia en Youtube de la vida y milagros de Goody. Este portal está plagado de vídeos narrando la recta final de esta mujer valiente y desmedida.