Michelle Obama y Arenas

No tenía previsto escribir sobre Javier Arenas en este lapso agosteño. He puesto las neuronas en stand by y no quería interrumpir su proceso de regeneración con vistas a la próxima temporada política. Lo que ocurre es que el baranda pepero le echa tanta cara a la vida, se desenvuelve con tanto desparpajo, rezuma un cinismo tan refinado que no me podido resistir. Dice Arenas que Michelle Obama, la esposa del presidente de Estados Unidos, ha escogido Marbella como lugar de descanso estival como consecuencia de la buena gestión municipal de la alcaldesa del PP, Ángeles Titi Muñoz. Lo leo y no me lo creo. ¡Cómo se le puede echar tanto morro a la política! Gracias a la labor de la íntima amiga del jefe de la oposición a Andalucía este maravilloso enclave costasoleño aparece en el mapa. Lo comenta y no se le cae la cara de vergüenza. Acaba de descubrir la pólvora. ¡Cómo si Marbella no fuera un referente del turismo internacional desde hace décadas! Ante tanta desmesura, ante tanto descaro, ante tanta arrogancia, he tenido que romper mi compromiso de hacer vacaciones arenísticas en el blog. Supongo que se puede perdonar esta licencia.