
KAMASUTRAS
Ana Luísa Amaral
Tira toda la ropa
al suelo.
Deprisa. Sin momento seductor
ninguno
Las prendas en pedazos,
desmayadas,
tumbadas por el suelo.
Desde lo más pesado a lo infinitamente
más leve
Y deja la luz
prendida. Sin seducción
ninguna. Una luz por lo menos
de 60 watios.
O sino cruda,
de supermercado.
Escoge armario,
lugar escuadrado
donde los cuerpos
no puedan descansar.
Sin ningún tipo
de preliminar,
asáltame
vestida:
que yo tenga toda la
ropa. Desde lo más pesado
a lo infinitamente más
leve.
Luces todas prendidas
Deprisa
y de repente
Pasemos a la cocina
Y allá, en una poética de manos,
en suprema gimnasia del mirar,
comamos lentamente,
como saber hindú,
los restos del asado sobrante
de la cena
A la luz
fosforescente
y seductora, en lo más
preliminar,
lanza contra el fogón,
por encima del hombro,
la copa de cristal
(de las de pie alto!)
Que el suelo,
al serle agudo como asfalto,
le enseñe el kamasutra
en última edición!