¡Y un jamón!

Lazón jamónLos españoles nos hemos tomado con humor, con mucha guasa, el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los riesgos cancerígenos de las carnes procesadas. Los chistes y los comentarios jocosos inundan las redes sociales, ya sea Twitter, Facebook o WhatsApp. En Andalucía, tierra de jamón, caña de lomo y otros maravillosos embutidos, está tendencia se acentúa. La opinión es unánime: nadie va a dejar de comer estos sabrosos manjares. Y la razón es bien sencilla: las chacinas de esta tierra están certificadas, son de calidad y sanas. Estos productos cárnicos forman parte de la dieta mediterránea, que tanto reconocimiento tiene dentro de la comunidad médica y científica, y lógicamente no pueden ser el único patrón de alimentación, se recomienda un consumo moderado y equilibrado pero no por su relación con el cáncer. Además, no existe ningún informe médico que avale esta afirmación tan rotunda de la OMS por lo que es necesario tomarla con prudencia. No vaya a ser que ocurra lo mismo que con el aceite de oliva, nuestro oro líquido, que un estudio de dudosa reputación quiso poner bajo sospecha. Todo lo que no sea actuar con mesura supone alarmar innecesaria e infundadamente al consumidor y perjudicar a un sector económico andaluz que es puntero y goza de enorme prestigio internacional.

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