Otro numerito

Como hace un año. La rueda de prensa de Pablo Iglesias y sus aliados presentando hoy el anuncio de una moción de censura ha recordado a la de hace quince meses repartiendo sillones y autoproclamándose vicepresidente. Las mociones de censura en España son constructivas. No sólo se trata de remover al presidente del Gobierno, sino que hay que plantear un candidato y un programa alternativos. Lo primero, por lo tanto, que debería haber hecho dialogar y buscar un acuerdo con el resto de grupos. La convocatoria de Podemos a los medios llegó en torno a las 10 de la mañana y sólo después informaron a otros grupos políticos: a las 11 al PSOE, minutos antes a su socio Compromís y a las 11.15 vía SMS al PNV, a Ciudadanos ni quiera eso. Han puesto el tejado antes que los cimientos. Tal y como lo han hecho sólo han pretendido un golpe de efecto y así esta moción se quedará en una mera ocurrencia, en un brindis al sol, en una demostración del afán de protagonismo de Iglesias. Nos ha obsequiado con el mismo truco, con otro numerito, que hace un año y ya muchos grupos (y mucha gente) lo tienen calado.

El PP y el Gobierno están en una situación insostenible y deben dar muchas explicaciones. El PSOE se las va a pedir por su cuenta con seriedad, sin crear expectativas falsas. Esta iniciativa resulta inoportuna porque distrae al Parlamento de su responsabilidad de investigar al PP, esto es, salen los morados a echarle otra vez un cable a la derecha. Y hoy Rajoy sigue como presidente del Gobierno es precisamente porque así lo quisieron Iglesias y Podemos. Cuando se pudo desalojar a la derecha de la Moncloa, el 2 de marzo de 2016, votaron con el PP contra el candidato del PSOE. Esa cruz pesa sobre la espalda de Iglesias.

Es el momento de que Rajoy rinda cuentas ante todos los españoles sobre los casos de corrupción que cercan al PP, partido que él preside desde el año 2003 y tiene mucho que decir. No se puede esconder ni detrás del plasma ni en Brasil para no dar la cara. Por eso, tiene que empezar a funcionar en el Congreso de los Diputados la comisión de investigación sobre la corrupción del PP. Que no se demore ni un solo día más. La sociedad española exige rapidez y transparencia. Por esa comisión tendrán que pasar Rajoy y todos los afectados de su gobierno con la obligación legal de decir la verdad. A partir de ahí, con seriedad y rigor, se tienen que depurar todas las responsabilidades. Todas sin excepción.

Foto.Público.

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