Seguir siendo rojo

A Joaquín Sabina le gusta más llamarse rojo que progresista. Suena más rotundo, más castizo, más inconformista. ¡Que más da la etiqueta si lo relevante es el contenido, el concepto, el fondo! En una entrevista con Juan Ramón Lucas en RNE, el poeta canalla, que está de promoción de su nuevo álbum, Vinagre y rosas, a la venta desde el 17 de noviembre, se manifiesta sin tapujos de izquierdas porque está “a favor de la justicia, de la libertad y la igualdad de oportunidades«.

Una respuesta clásica en su sostén ideológico pero enormemente oportuna, actual y esperanzadora en estos momentos de zozobra, donde los responsables intelectuales y autores materiales de la mayor crisis económica de la historia no sólo no admiten el error garrafal y su enorme avaricia, que nos han conducido a esta honda recesión, sino que están envalentonados blandiendo recetas del mismo cuño para superar con el mismo veneno de antes los males que el liberalismo salvaje y deshumanizado ha creado.

Sostiene el cantautor sobre las consecuencias presentes y los remedios venideros: «Es una estafa global. A la pobre gente que estafaron la van a estafar otra vez para salir de la crisis. Mientras tanto, nadie explica nada (…) Así, lo único que puede hacer uno que no sea un economista, un ensayista o un premio Nobel de economía, es vomitar y decir ¡todos al talego!«.

Empieza su gira, la última de su dilatada carrera musical, el 20 de noviembre en Salamanca: ¿pura casualidad o un desplante sarcástico de este adalid de la libertad a los tiempos del silencio? Este nativo de Úbeda (Jaén) acopia ya 60 tacos, sin embargo dice estar en plena forma y promete dar aún mucha guerra a los que no aceptan su compromiso inquebrantable con los ideales de izquierdas: «No sé qué decirles si no es citar al maestro Diego Armando Maradona: ¡A seguir mamándola!«. Sabina, genio y figura.

Más información sobre el nuevo trabajo de Sabina.
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