Interior

INTERIOR
Aurora Luque

A menudo converso con mis sueños.
Los invito a salirse de la noche
y se sientan, con trajes neblinosos,
junto a mi mesa sucia de papeles.
Y les pregunto sobre su sintaxis
porque se ofenden si hablo de semántica.

Hoy he recuperado de sus manos
un fragmento de ti tan exquisito
como una noche de junio en Gil de Biedma,
un otoño de Keats o aquel sabor a polo de naranja
de las viejas mañanas de domingo.

  • La almeriense Aurora Luque ha ganado esta semana el premio Nacional de Poesía por su libro ‘Un número finito de veranos’.

Hablo de la infancia

HABLO DE LA INFANCIA
Julia Uceda

Escalera crujiente,
trozo de bosque organizado
por el que ir hasta la cumbre
de aquel desván lleno de sueños,
pájaros silenciosos
que viajan sin ruido.
Sobre ti estaba el premio
cubierto por el polvo
y lo muerto vivía
para mí, en mis ensueños.
Hogar sin sótanos,
todo aquello era hermoso
porque estaba creando su recuerdo;
viviéndote, sentía
que de algún modo ya te recordaba.
Y siempre que te acercas
entre la niebla, oigo
cómo se queja suavemente,
enmohecido por las lluvias,
el pesado cerrojo de una verja.
La del jardín acaso.

Julia Uceda ha recibido esta semana la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

La ausencia es una forma del invierno

LA AUSENCIA ES UNA FORMA DEL INVIERNO
Luis García Montero

Como el cuerpo de un hombre derrotado en la nieve,
con ese mismo invierno que hiela las canciones
cuando la tarde cae en la radio de un coche,
como los telegramas, como la voz herida
que cruza los teléfonos nocturnos
igual que un faro cruza
por la melancolía de las barcas en tierra,
como las dudas y las certidumbres,
como mi silueta en la ventana,
así duele una noche,
con ese mismo invierno de cuando tú me faltas,
con esa misma nieve que me ha dejado en blanco,
pues todo se me olvida
si tengo que aprender a recordarte.

A ti, casi innombrable

A TI, CASI INNOMBRABLE
Antonio Martínez Sarrión

Tierra que vas a los mares
de sólo tu luz vestida.
Dámaso Alonso

Te llevo en los hondones de mi alma,
aunque, en raros momentos, te asomes a mis labios
que, de niño, me hicieron odiar tu simulacro.
Todos mis sueños llevan tus colores
y, resonantes, vibran en mis oídos siempre
tus acordadas -suaves o bullangueras- notas.
Cada orza de adobo, cada soga de esparto,
cada jarro de vino me regalan tu aroma.
Creo estar sentenciado a aquietarme en tu entraña,
creo que allí, todavía, disuelto en tus terrones,
madre mía siempre agónica, repasaré tus letras,
las seis letras que cifran tu siempre por hacer,
tu mal rehecho o del todo improbable camino.
Mas frotaré ese oro tras pasarle mi aliento,
tras limpiarle, de paso, el rastro de mi huella,
para que su fulgor algún trecho me alumbre.

Rosa tú, melancólica

ROSA TÚ, MELANCÓLICA
Nicolás Guillén

El alma vuela y vuela
buscándote a lo lejos,
rosa tú, melancólica
rosa de mi recuerdo.
Cuando la madrugada
va el campo humedeciendo,
y el día es como un niño
que despierta en el cielo,
Rosa, tú, melancólica
ojos de sombra llenos,
desde mi estrecha sábana
toco tu firme cuerpo.
Cuando ya el alto sol
ardió con su alto fuego,
cuando la tarde cae
del ocaso deshecho,
ya en mi lejana mesa
tu oscuro pan contemplo.
Y en la noche cargada
de ardoroso silencio,
Rosa, tú, melancólica
rosa de mi recuerdo,
dorada, viva, y húmeda,
bajando vas del techo,
tomas mi mano fría
y te me quedas viendo.
Cierro entonces los ojos,
pero siempre te veo
clavada allí, clavando
tu mirada en mi pecho,
larga mirada fija,
como un puñal de sueño.

Ejercicio de estilo / II

EJERCICIO DE ESTILO / II
Carmen Camacho

Procuraré no emplear palabras redondas
verbigracia belleza libertad tu luz
Demasiado grandes / que esperen//
Más urgente se me hace decir
anoche conté con el cuerpo
los trecientos dedos
de tu mano.

* Carmen Camacho ha participado esta semana como tutora en XII Escuela de verano para escritores noveles organizadas por el Centro Andaluz de las Letras en Mollina.

En torno a la protagonista de un poema

EN TORNO A LA PROTAGONISTA DE UN POEMA
Joan Margarit

Conocía muy bien tu piel dorada,
la señal de peligro de tus ojos azules.
Sueños de profesor que comenzaba
a perder su futuro. Hace mucho surgiste
entre aquellos muchachos y muchachas
del bar acristalado de nuestra Escuela blanca,
desde donde veíamos el mar.
Me preguntan quién eres. Quizás, un día, expertos
en soledad y en crímenes pasados
buscarán, amparada en las palabras,
la sombra de tu nombre y no hallarán
sino cartas violeta de la noche
y el rastro, entre papeles, de unos ojos azules.

Déjà vu

DÉJÀ VU
Ana Merino

Vuelve a soñar
que en tus pies
te caben mis zapatos.

No le temas al tiempo
que has pasado
sin rozarte con mi sombra.

Tu cárcel de palabras
no me importa,
mis zapatos
están llenos de ti,
me perteneces cada vez que camino
por tu memoria suicida
de amante condenado
al desamor perpetuo.

Vuelve a soñar
que soy yo la que te mira
en el espejo del baño,
y tu abrazo me hace ser
idéntica a ti.

No le temas al tiempo
que dejaste pasar
cada vez que mis labios
evocaban tu rastro
de pequeño secreto
guardado en un reloj
con forma de juguete.

Vuelve a soñar
que nos cruzamos
en un desierto lleno
de lagartijas y aguacates,
y las mañanitas se transforman
en nuestro último baile.

Vuelve a soñarme ahora
que ya eres viejo
y me atrevo a buscarte
sin pedirte permiso
porque fuiste mi cuerpo
y a mi también me duelen tus cadenas.

Una urbe áspera sella mi boca

UNA URBE ÁSPERA SELLA MI BOCA
Rafael Cadenas

Yo viajo a los espacios transparentes.
Conmigo está tu chal de lana, el viejo fonógrafo que cuidabas tanto,
tus zarcillos con que ibas al mercado, tu pulsera de oro, la vajilla humilde.
El perro que nos despertaba pasa su hocico por mi lecho.
No es magia, sencillamente nada he olvidado a no ser que existo sin ti.

*El venezolano Rafael Cadenas ha recibido este jueves el Premio Lorca de Poesía.