Laporta y su trampolín

Laporta en manifa independentista

La gestión de Joan Laporta al frente del FC Barcelona, al menos en el plano deportivo, es incontestable. Con algún que otro altibajo, como pudo ser el último año de Frank Rijkaard, el equipo culé enamora en el terreno de juego y amasa campeonatos. Desconozco los pormenores de la situación financiera del club, pero con tantos éxitos deportivos las arcas no han de estar muy esquilmadas. Resulta obvio que el trabajo en los despachos también repercute en la trayectoria deportiva y, por tanto, es artífice de los laureles acumulados durante las últimas campañas.

Este expediente plagado de títulos y el grado de popularidad alcanzado como timonel de la nave blaugrana constituyen los principales avales con los que Laporta quiere dar el salto a la política cuando concluya su segundo y último mandato. En los mentideros ya circula su candidatura a la Generalitat como cartel de la independentista Reagrupament, una organización fundada por un grupo de escindidos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Laporta se va a servir de una institución que se define como mucho más que un club para entrar lanzado en la batalla política. La invitación la tiene sobre la mesa y su decisión llegará, desde mi modesto punto de vista, cuando se desvincule de sus responsabilidades en Can Barça. El fútbol como trampolín. Salvando las distancias, ya lo hizo Jesús Gil en Marbella y su proyecto se extendió por la Costa del Sol, el Campo de Gibraltar y llegó hasta Ceuta.

Laporta se ha generado una imagen de persona afable, cercana, popular y de eficaz gestor como presidente del Barça. Al mismo tiempo, tiene un punto de niño repelente y sabihondo unido a una acentuada manifestación de falsa modestia. Es un personaje ambicioso, con pinta de insolidario, estirado y con ínfulas de grandeza. Su perfil político está por explorar, tiene visos de ser de derechas y sólo se conocen con exactitud sus devaneos independentistas. Es tan catalanista que algunos que lo conocen ponen en su boca frases cargadas de inquina contra España. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha aireado que Laporta le dijo que España machaca a Cataluña. Con esas credenciales este lobo con piel de cordero sería un auténtico peligro como referente político.

Foto.- Efe. Laporta, en la manifestación por la indepedencia de Cataluña celebrada hace unos días.